Camino del Cid. Tres taifas y conquista de Valencia

Datos de la ruta

  • Zona: valle del río Jiloca; parque natural del Alto Tajo; señorío de Molina; montes Universales; sierra de Albarracín; sierra de Gúdar; valle de Palancia; sierra Espina.
  • Duración: 7 días
  • Tipo de recorrido: lineal.
  • Tipo de firme: la ruta discurre en general por pistas en buen estado aunque a lo largo del recorrido encontraremos algunos tramos de senderos y fuertes pendientes (hay que tener en cuenta que hemos seguido el recorrido trazado para BTT). La ruta presenta una gran variedad paisajística y pasa por puntos muy interesantes para visitar. Hay tramos de ciclabilidad limitada en los siguientes puntos:
    • Segunda jornada:
      • Salida de Calamocha. El trazado sigue sendas muy cerradas con muchas zarzas. Son tramos cortos, pero es complicado avanzar.
      • Tramos puntuales en el fuerte descenso a la dehesa de la Parra tras pasar por Pozuel del Campo.
    • Tercera jornada:
      • Entre Pinilla de Molina y Megina la pista es muy buena, pero de fuertes pendientes lo que, dependiendo de las fuerzas de cada uno, pude obligar a echar el pie a tierra.
      • Entre Megina y la conexión con la carretera que nos lleva a Chequilla hay tramos de fuerte pendiente, en algunos tramos pedregoso y de firme no muy bueno, especialmente al separarnos del río Cabrillas. Es bastante probable que en algún punto sea necesario bajarse de la bici.
    • Cuarta jornada:
      • Algún corto tramo entre Bronchales y Torres de Albarracín debido a la pendiente y el terreno pedregoso.
      • Subida desde la carretera A-1512 para enlazar con el camino de Albarracín debido a las fuertes pendientes.
      • Tramos entre Gea de Albarracín y Cella. Subida desde los restos del acueducto a la rambla de la Cañada y tramos en la rambla de la Muñeca.
    • Sexta jornada:
      • Salida de Mora de Rubielos. Ascenso por el barranco de Perales, especialmente entre el Mas de Royo y Mas de Pozo.
      • Descenso a Fuente del Hocino.
    • Séptima jornada:
      • Descenso a Caudiel. Puntos concretos en la vereda de la vereda de la Molinera por terreno técnico.

Descripción

De nuevo pedaleamos tras las huellas del Cid Campeador recorriendo el último tramo que nos faltaba del Camino del Cid uniendo el tramo correspondiente a la ruta de las Tres Taifas y la ruta de la Conquista de Valencia. Un gran recorrido que nos llevará por una gran variedad de paisajes y localidades monumentales donde aún resuenan los enfrentamientos de una época turbulenta.

En el primer tramo recorreremos las tierras correspondientes a tres de las taifas en las que quedaron divididos los territorios musulmanes tras la caída del califato de Córdoba: la taifa de Toledo (que será conquistada por Alfonso VI en 1085), la taifa de Zaragoza y, la más pequeña de ellas, la taifa de Albarracín. El camino lo iniciaremos en Calatayud por cuestiones logísticas (el «oficial» se inicia en Ateca); y lo finalizaremos en Cella donde el Cid reunió a todos aquellos que le quisieron acompañar en su siguiente aventura: la conquista de Valencia.

El segundo tramo une las localidades de Cella y la gran ciudad de valencia, conquistada por el Cid en el año 1094 tras un largo asedio. Tras su muerte, acaecida en el año 1099, sería su mujer Jimena la que mantendría el control de la ciudad hasta que la presión almorávide la obligó a abandonarla en el año 1102.

En nuestro recorrido hemos seguido, o coincidido, total o parcialmente con los siguientes caminos señalizados:

Día 1. Calatayud-Daroca (67 km-1100 m+)

Situamos el punto de salida para el tramo de las Tres Taifas donde finalizamos el tramo de Tierras de Frontera: Calatayud. Dejamos la ciudad atrás siguiendo las aguas del río Jalón por un bonito parque fluvial que desemboca en la transitada A-202. Seguimos el asfalto unos pocos cientos de metros hasta desviarnos a un polígono industrial y tomar las pistas paralelas a las vías del AVE. dejamos atrás Terrer y, tras cruzar las vías del AVE, llegamos al punto donde se desvía la ruta de las Tres Taifas se parándose de Tierras de Frontera.

Giramos de manera decidida hacia el sur. Atravesamos las aguas del río Jalón y nos despedimos de él iniciando el ascenso. Tras atravesar la gran arteria de la A-2, nos unimos a una pequeña carretera que asciende de manera cómoda por la colada de Carenas hasta el pueblo de Valtorres. La salida del pueblo la realiza siguiendo el trazado de la misma colada, ahora pedregoso y algo incómodo hasta atravesar la carretera. Seguimos ascendiendo por terreno ondulado entre frutales en flor. Abandonamos la colada para tomar el camino de la Cocha para llegar a La Vilueña.

Bordeamos el embalse de La Vilueña y nos adentramos en el barranco de Valdejuela, recorrido por una pista cómoda que asciende de manera ligera.

Barranco de la Valdejuela. Camino del Cid

Barranco de la Valdejuela

Un giro de noventa grados nos lleva a tomar el camino de Carenas para llegar, con alguna subida y bajada por medio, a Munébrega. Tomamos dirección sureste. Atravesamos un mosaico de tierras de cultivo para llegar a Castejón de Alarba. Desde aquí nos adentramos en terreno de orografía más compleja. Tomamos la colada de Alabarda (casi coincidente con el arroyo de Dancas), aunque las pistas son buenas, las cuestas están más presentes. Ésto se acentúa tras dejar atrás Alabarda.

El camino nos lleva a superar continúas torrenteras de descensos empinados y ascensos cortos, pero de pendiente pronunciada, como en el caso del barranco de las Pedrizas. Unos últimos metros rodeados de un denso pinar nos llevan hasta la ermita de Nuestra Señora de Semón. Un buen sitio para hacer una parada, disfrutar de las vistas y reponer fuerzas. Desde aquí solo queda descender hasta Acered.

Evitamos la A-2508 por el norte, tomando buenas pistas. Primero seguimos el camino de Montón para, posteriormente, seguir por el camino de Valverde de los Olivares, que surca el barranco de Valbuena hasta llegar a Atea. Desde esta localidad iniciamos un nuevo ascenso para, tras pasar por la ermita de la Virgen de los Mártires, tomar el camino de Atea a Orcajo. Pistas de color sangre nos permiten superar estas últimas ondulaciones antes de iniciar el descenso hacia el valle del río Jiloca.

Descenso al valle del río Jiloca. Camino del Cid

Descenso al valle del río Jiloca

El primer pueblo con el que nos encontramos junto al río Jiloca es Murero donde entramos tras atravesar el firme del Camino Natural Santander-Mediterráneo. En esta localidad, por fin, podemos sellar (tema que no nos está resuletando nada sencillo). En las proximidades de esta localidad se sitúa el yacimiento paleontológico de Murero, que es una referencia a nivel mundial y será objeto de una próxima visita en profundidad.

Entramos de lleno en el valle del río Jiloca. Apenas sin desnivel llegamos a las proximidades de Manchones y nos unimos al trazado del Camino de Sagunto. Este tramo es para disfrutar, de la suavidad del paisaje, de la comodidad del terreno, de las bosques de ribera y de la primavera.

Valle del río Jiloca

Valle del río Jiloca

Con poco esfuerzo llegamos a las calles empedradas de la monumental población de Daroca presidida por sus impresionantes murallas (de 4 km de longitud) y el majestuoso perfil del Castillo Mayor, fortaleza musulmana del siglo IX.

Es aquí en esta población donde el Cantar del mío Cid sitúa el campamento del Cid tras la batalla del Pinar de Tévar cuya victoria le posibilitó hacerse con las parias de las taifas de Lérida, Tortosa y Denia. Y es aquí donde nosotros, al igual que el Cid, damos por terminada esta jornada para disfrutar de un merecido descanso.

Día 2. Daroca-Chera (95 km-1150 m+)

Dejamos atrás la población de Daroca retomando las pistas que discurren por el valle del Jiloca. Con ligeras pendientes, recorremos los pueblos que jalonan este valle: VIllanueva de Jiloca, San Martín del Río. Nos encontramos alguna rampa más pronunciada, como la que tenemos que superar antes de llegar a Báguena, pero es anecdótica. Otras localidades las dejamos más lejanas, en la otra orilla del río: Burbáguena o Luco de Jiloca. Siempre cerca, vemos el trazado casi a estrenar del Camino Natural Santander-Mediterráneo que evitamos de manera pertinaz (aunque su trazado plano es pura tentación).

Tras dejar atrás Luco de Jiloca, el valle se expande y los terrenos cultivados se derraman por la llanura. Así llegamos a Calamocha donde cuenta el Cantar del mío Cid que el Campeador se reunió con el rey de la taifa de Albarracín y se acordaron los tributos a pagar al cristiano. En esta localidad también quedan los restos de un puente de origen romano, aunque sufrió importante remodelaciones posteriores.

Valle de Jiloca. Camino del Cid

Valle de Jiloca

Tras Calamocha, el trazado busca sendas muy perdidas. Hay muchas zarzas y se hace complicado avanzar con las bicis cargadas. No tardamos en retomar sendas más cómodas que evitan testarudas el trazado del Camino Natural Santander-Mediterráneo que discurre a escasos metros de nosotros. Solo nos unimos a las antiguas vías unas decenas de metros antes de desviarnos hacia El Poyo del Cid situada a la sombra del cerro de San Esteban. En esta localidad se hizo fuerte el Cid y desde ella sometió a los territorios circundantes.

El Poyo del Cid

El Poyo del Cid

Proseguimos nuestra por caminos cómodos, pero algo anodinos. Dejamos atrás Fuentes Claras, Caminreal y Torrijo del Campo antes de hacer una buena parada en Monreal del Campo. Aquí valoramos las opciones. La etapa se queda corta, así que decidimos seguir tras una buena comida.

Giramos de manera decidida hacia el oeste. Ganamos metros por una pista cómoda, sin embargo, el fuerte viento crea la falsa sensación de una pendiente mayor. Se hace largo este tramo. Tras atravesar la carretera N-211, llegamos al pueblo de Pozuel del Campo. Aquí, a la salida del pueblo, tenemos una fuerte subida y nos adentramos en nuevos paisajes de caminos pedregoso y pinares por el camino de la Jaquesa.

Tras disfrutar de unos kilómetros cómodos y serenos, un fuerte descenso nos espera para bajar hasta la dehesa de la Parra. En algún punto nos vemos obligados a poner el pie en tierra, pero, al menos, es bajada.

Descenso a la dehesa de la Parra. Camino del Cid

Descenso a la dehesa de la Parra

Por suerte es algo puntual y en las zonas bajas retomamos el buen firme. Bordeamos sierra Menera por el norte para llegar a El Pedregal, tras atravesar la N-211.

Apenas nos detenemos. Volvemos a atravesar el asfalto para tomar el camino de San Pedro y conectar con el camino de Molina. El terreno es sinuoso y eso se traduce es sucesivas subidas y bajadas, no muy fuertes ni largas, pero que van sumando a una jornada ya de por sí bastante larga. Llegamos a Pobo de Dueñas con la ilusión de parar en este punto, pero no encontramos alojamiento. Así que nos decidimos a seguir y nos empezamos a mentalizar de que quizá la única opción hoy sea buscarse la vida.

Dejamos el pueblo atrás siguiendo un pequeño barranco para, a continuación, ascender hasta el collado de la Villa (1257 m). Pero el camino no desciende sino que gana algo más de altura antes de bajar hacia el barranco de la Hocedilla. El paisaje que tenemos ante nosotros es árido, despejado de arboleda y promete ser frío en las horas nocturnas. Sumamos alguna bajada y subida más antes de descender hacia la Morenilla.

Volvemos a coger altura en sucesivas subidas que dejan atrás los pequeños barrancos que jalonan estas tierras. Un fuerte giro y una bajada nos llevan al escondido pueblo de Chera junto al río Gallo. Aquí preguntamos, la noche se acerca, pero nos indican que no hay alojamiento. En un momento se movilizan y nos solucionan la papeleta dejándonos un huequito para dormir y preparándonos algo para picar. Para finalizar la jornada, pasamos un buen rato tomando unas cervezas con los vecinos que tanto nos ayudaron.

Día 3. Chera-Checa (83 km-1750 m+)

Nos despierta un día luminoso y frío a primera hora. Salimos de Chera alejándonos del río Gallo y en ligero ascenso. Tras pasar a los pies del castro de La Coronilla iniciamos un ligero descenso hasta Aldehuela. El paisaje no cambia respecto del día anterior, y una sucesión de pequeñas colinas nos llevan hasta la vereda que marca el trazado del camino de Molina. En Castilnuevo nos reencontramos con las aguas del río Gallo.

Castilnuevo

Castilnuevo

Tras atravesar el puente Morisca nos unimos al asfalto de la carretera GU-9059. Pero poco antes de llegar a Molina de Aragón nos desviamos para, de nuevo, acompañar al río Gallo en su recorrido y entrar en las calles de Molina de Aragón con el sonido de sus aguas. No hay que dejar pasar la posibilidad de visitar esta localidad, cuyo gobernante sería fiel aliado del Cid, y acercarse a las impresionantes murallas de su fortaleza (construida en el siglo XII por Manrique de Lara). El castillo árabe se situó donde se encuentra la Torre de Aragón (lo que se puede ver actualmente es una reconstrucción del s. XIX).

Tras un buen café, retomamos nuestro camino. Tomamos la carretera CM-210 que seguimos durante unos dos kilómetros antes de desviarnos para tomar una pista que nos lleva a Valsalobre. Volvemos a buscar la carretera para enlazar con una pista que, entre campos de cultivo, nos conduce al collado de Valdemartín (1103 m), bordeando la mole de Cerro Pelado (que hace honor a su nombre) y llegar a la población de Terraza. Desde aquí nos dirigimos a Ventosa, puerta de entrada al barranco de la Hoz y al parque natural del Alto Tajo.

Nosotros evitamos el barranco para iniciar el ascenso por las pistas que escalan dirección suroeste a través de un agradable sabinar. Por pistas solitarias y esquivando os montes llegamos a Teroleja. El terreno se pone duro, no tanto por el firme si no por la acumulación de metros es las piernas. Para salvar las elevaciones del terreno, subimos y bajamos sin apenas tregua.

Pista entre Ventosa y Teroleja

Pista entre Ventosa y Teroleja

En Valhermoso tomamos asfalto, pero dura poco. De nuevo tomamos caminos para llegar a Tierzo y a las bien conservadas salinas de Armallá, atravesando lo que queda de las casas de este pueblo. Estas salinas tuvieron su punto de máximo esplendor en el dilatado periodo de tiempo que va del s. XIII al s. XVI. Aunque se mantuvieron en explotación hasta el s. XX.

Desde aquí tenemos una tramo más tranquilo que discurre junto al río Bullones. Un primer tramo nos lleva el asfalto de la carretera CM-210 hasta enlazar con las pistas que avanzan paralelas a la carretera CM-2111 hasta Terzaga y Pinilla de Molina. Desde esta última localidad iniciamos una fuerte subida por buena pista, pero de pendientes muy exigentes. La subida se hace eterna y no parece acabar nunca, pero todo lo que sube baja. Alcanzados los 1400 m iniciamos el descenso hacia la carretera CM-2111 que tomamos para llegar a Megina.

Dejamos Megina atrás por el barranco marcado por el arroyo de Jándula con unas vistas espectaculares de las paredes que delimitan el curso de las aguas. Un agradable descenso nos lleva hasta el curso del río Cabrillas que atravesamos por un vado.

Río Cabrillas

Río Cabrillas

No tardamos en separarnos del río Cabrillas para iniciar un fuerte ascenso por pista rodeados de un denso pinar. El firme empeora y las pendientes pondrán a prueba las piernas. En algún tramo es bastante probable que nos veamos obligados a empujar. Pero el paisaje compensa los esfuerzos, sin ninguna duda.

Tras un última tramo de menor pendiente, pero más pedregoso, enlazamos con el camino de Peralejos de las Truchas a Chequilla (asfaltado). Sin embargo, las cuestas aún no han terminado aunque el buen firme las hace más llevaderas. Tras un último esfuerzo para atravesar las torcas de Juan Ranas, iniciamos un fuerte descenso por el barranco de Valdelosa. Alguna última subida nos separa de Chequilla que alcanzamos con el sol arañando el horizonte.

Desde Chequilla tomamos la carretera GU-973 que nos permite admirar las formaciones geológicas que jalonan la carretera de acceso al pueblo concidas como Las Quebradas. Enlazamos con la carretera CM-2111, un último esfuerzo de 3 kilómetros sin apenas desnivel nos lleva hasta Checa con los últimos rayos de sol. Y aquí ponemos punto final a una jornada excepcionalmente dura, una de las más duras de lo que llevamos recorrido del Camino del Cid, pero también gratificante por los magníficos paisajes que nos han regalado las tierras del parque natural del Alto Tajo.

Día 4. Checa-Cella (78,5 km-1460 m+)

Iniciamos la jornada de manera bastante tranquila uniendo por carretera las localidades de Checa y Orea, donde decimos de manera definitiva adiós al tramos del Camino del Cid en Guadalajara. Nos adentramos en la sierra de Tremedal (donde hace unso años hicimos la preciosa ruta de Montes Universales. Sierra de Tremedal), pero sin abandonar la carretera.

Entramos en la provincia de Teruel pocos metros antes de desviarnos por una pista ancha hacia el río Gallo. Tras atravesar la carretera A-2707 llegamos a Orihuela de Tremedal donde pillamos el día de mercado. Salimos de la localidad para tomar las pistas que avanzan por la parte más baja de la sierra de Tremedal. tras una fuerte subida llegamos a Bronchales.

Tras un breve paréntesis, tomamos el camino de Albarracín que nos adentra en la homónima sierra de Albarracín. Iniciamos un tramos exigente que atraviesa numerosos barrancos por pistas pedregosas. Primero atravesamos el barranco del Manzano, para iniciar un tramos que nos lleva a sucesivos collados (rondando los 1500 m de altitud) con sus consiguientes descensos y ascensos. Alcanzamos el camino de Tramacastilla en la cabecera del barranco de Enmedio. Pero no tardamos en abandonarlo para volver a ascender hasta un collado e iniciar un fuerte descenso por terreno pedregoso por el barranco de Valdemonterde.

Barranco de Valdemonterde

Barranco de Valdemonterde

Al final del descenso, enlazamos con la pista, de mucho mejor firma, que discurre por el barranco del Valle. Tras un nuevo collado a 1285 m, descenso hasta casi rozar las calles de Torres de Albarracín. Nos unimos a la carretera A-1512 durante escasos dos kilómetros para desviarnos por una pista que, coincidente con el camino natural del Tajo, inicia una fuerte subida para encaramarse de nuevo en las alturas de la sierra de Albarracín. El firme es muy bueno, pero las pendientes son exigentes durante los siguientes tres kilómetros.

En la parte alta nos unimos al camino de Albarracín. Pasamos por la masía de la Rochilla, muy bien conservada y rodeamos el puntal de la Bandera (1419 m). El terrenos a nuestro alrededor es árido y pedregoso hacia los cuatro puntos cardinales. A partir de la loma del Mamón, iniciamos el descenso. En esta bajada el Camino del Cid nos regala una imagen impresionante de Albarracín: sus murallas, su entramado medieval. Una visión desde una perspectiva única.

Albarracín. Camino del Cid

Albarracín

Desde Albarracín tomamos la pequeña carretera que asciende hacia las pinturas rupestres de Albarracín. En este tramo seguimos el track disponible en la página oficial, pero el trazado no coincide con lo descrito en la topoguía disponible, supongo que se ha modificado y, en uno de los dos sitios, no se ha actualizado. Seguimos el asfalto en continuo ascenso pero bastante cómodo (encontramos bastante tráfico en este tramo) entre pinares, nos encontramos en el paisaje protegido Pinares de Rodeno.

Un giro de casi 180 grados nos une a una pista. Un fuerte descenso nos situa a los pies de las moles rocosas de la sierra de Albarracín con su característico color rojizo. Pero tanta bajada solo podía conllevar una buena subida que realizamos por buena pista para alcanzar la cabecera del barranco del Chopo que se une al barranco del Tío Tobías poco antes de alcanzar Gea de Albarracín.

Pasamos por la misma puerta del centro de interpretación del acueducto romano donde atravesamos la carretera A-1512 para llegar, por la rambla de la  Cañada, a una área recreativa junto al acueducto romano de Albarracín-Gea Cella. Este acueducto cuanta con casi 25 km de recorrido (parcialmente practicable a pie) y alterna impresionantes galerías excavadas en roca, con tramos a cielo abierto. También son visibles algunos de los pozos de ventilación realizados a lo largo de su recorrido entre Gea de Albarracín y Cella. Su construcción de remonta al s I a. C para el suministro de agua a la ciudad romana situada en la actual localidad de Cella.

Acueducto romano Albarracín-Gea-Cella

Acueducto romano Albarracín-Gea-Cella

Tras visitar algunas de las galerías señalizadas (una pequeñísima muestra de los restos arqueológicos existentes y visitables), nos enfrentamos a un tramo complicado. Tomamos un pequeño sendero que indica dirección a Cella. El sendero asciende delimitado por una hilera de piedras por terreno no ciclable, por lo que tenemos que empujar hasta alcanzar la zona alta. Aquí nos encontramos algunos registros del acueducto, ya que en esta parte el acueducto avanza subterráneo.

Nos unimos a la cañada de Marilengua que abandonamos para girar en dirección este para adentrarnos en la rambla de la Muñeca. Avanzamos por el lecho muy pedregoso, a veces es complicado ver la señalización del Camino del Cid y avanzar. Una última subida de fuerte pendiente, seguramente será necesario empujar de nuevo, nos deja junto a los últimos vestigios del acueducto, ahora a cielo abierto, antes de entrar en las calles de la localidad de Cella.

En esta localidad finaliza el tramo del Camino del Cid de la ruta de las Tres Taifas, pues en esta localidad el Cid esperará a todos aquellos que se quieran unir a su causa, con los que emprenderá la conquista de Valencia. Esta aventura tras las huellas de estos hombres será la que iniciemos mañana siguiente la ruta de la conquista de Valencia, pero eso será tras un merecido descanso.

Día 5. Cella-Valbona (69 km-750 m+)

Iniciamos la primera jornada de la ruta de la conquista de Valencia (nuestro último tramo del Camino del Cid) acercándonos a la fuente de Cella, una gran pozo realizado de manera artesanal en el s. XII y decorado posteriormente en el s. XVIII que alcanza los 11,5 m de profundidad en su parte central.

Fuente de Cella

Fuente de Cella

Tras esta visita, dejamos atrás la localidad de Cella para tomar pistas que nos llevan hasta el trazado de la vía verde de los Ojos Negros. Esta larga línea de ferrocarril de vía estrecha comunicaba la explotación minera situada de Ojos Negros (Teruel) con las fábricas siderúrgicas situadas en Sagunto. La línea se cerró definitivamente en el año 1972.

Pero, a pesar de su interés, no la seguimos mucho tiempo, cerca de Caudé nos desviamos para entrar en esta población. Avanzamos casi paralelos a la vía verde de los Ojos Negros pero alejados de ella, siguiendo el arroyo de Concud por caminos agradables. En este tramo coincidimos con el Camino de Sangunto.

La entrada a la ciudad de Teruel la realizamos por el suroeste tras vadear un pequeño arroyo. Inevitablemente tomamos el asfalto de la carretera TE-V-6014 para entrar de lleno en la ciudad. El Camino del Cid bordea la ciudad por el sur, el camino continúa junto a Dinópolis. Tomamos una pista que asciende por pistas pedregosas. En el punto donde nos unimos a la cañada del Ratón iniciamos un fuerte descenso para unirnos al camino de las Suertes. Tenemos un primer tramo por camino asfaltado que se convierte es tierra. El camino asciende de manera suave y cómoda abriéndose paso por un denso pinar. Poco después de atravesar la A-23, un giro en fuerte subida nos lleva, de nuevo, al trazado de la vía verde de los Ojos Negros.

Vía Verde de los Ojos Negros

Vía Verde de los Ojos Negros

Disfrutamos de unos cuantos kilómetros muy cómodos donde disfrutaremos de esta singular obra con densos pinares y sabinares, espectaculares trincheras y oscuros túneles. Un primer tramo en ligera subida hasta alcanzar las cercanía de la estación del Puerto de Escandón. Y un segundo tramo en descenso que nos permite coger velocidad.

En las proximidades de La Puebla de Valverde el Camino del Cid se separa de la vía verde de los Ojos Negros para adentrarse en la sierra de Gúdar. En La Puebla de Valverde nos unimos al asfalto e iniciamos una corta subida, en medio nos encontramos lo que parece un búnker (posteriormente leímos que existían numeroso restos por la zona de la Guerra Civil). Nos unimos al cordel del Puerto Escandón para, posteriormente, unirnos al camino los Estancos que nos alegra con un ligero descenso entre carrascas.

Camino de los Estancos

Camino de los Estancos

Tras pasar por la masía de Gálvez nos unimos al camino Mas del Paso que atraviesa la rambla del Cubillo. Iniciamos una subida moderada hasta enlazar con la carretera A-232 que nos llevará en apenas tres kilómetros hasta Valbona, tras atravesar el río Mijares, donde ponemos punto y final a esta jornada, algo más relajada que las anteriores y que nos servirá para tomar fuerzas para mañana.

Día 6. Valbona-Mas de Noguera (78 km-1750 m+)

Dejamos Valbona por la cañada Real (camino asfaltado), siguiendo las indicaciones del GR8 (coincidente en este tramo con el Camino del Cid), en ligero ascenso hasta alcanzar el embalse de Valbona donde encontramos una área recreativa a los pies de la presa. En este punto tomamos el camino de la Cava que se abre camino entre pinares y que nos lleva de manera cómoda hasta Mora de Rubielos donde entramos por la ermita de la Soledad y hacemos una buena parada en la plaza.

Dejamos la población atrás por un camino que se adentra entre huertas remontando el barranco de Perales. La pista presenta grandes bloques de piedra y se va deteriorando a medida que avanzamos. A partir de Mas de Royo, la pista se convierte en senda predegosa y en algunos tramos puntuales no queda más remedio que empujar las bicis. En este punto tomamos una pista de buen firme. Un giro nos lleva a una valla, entramos en una propiedad privada.

Pasamos un par de puertas y, al dejar atrás la Masía del Villar de Abajo, el trazado de la pista se desdibuja hasta convertirse en un sendero de firme irregular. El camino se complica. Empezamos a descender hacia fuente del Hocino y, en el tramo final, tenemos que empujar las bicis debido a la pendiente y al firme del sendero.

Descenso a Fuente del Hocino

Descenso a Fuente del Hocino

Atravesamos la A-232 para unirnos a la vereda Real de Aragón, aunque no tardamos en desviarnos a nuestra izquierda para alcanzar el collado de Hoya Marín (1112 m) antes de iniciar un fuerte descenso rodeados de pinos en un tramo agradable y muy solitario por la ladera del puntal Raso. No vemos más que algunas vacas sorprendidas por nuestra presencia. Cruzamos el barranco a la altura de la Masía de la Tejería y empezamos a ascender para alcanzar la altura de la carretera.

A la altura de la Masía de las Balagueras un camino continúa a nuestra derecha y evita que nos unamos al asfalto. Sin embargo, no podremos evitar el kilómetro final de asfalto, tras cruzar el barranco Traver, para alcanzar Rubielos de Mora. Aquí hacemos una buena parada para reponer fuerzas e intentar sellar el salvoconducto del Cid, con poco éxito.

Proseguimos por la carretera A-232 con una subida moderada hasta alcanzar la cruz de los Huertos. A partir de este punto nos encontramos con una tramo para soltar las piernas y disfrutar del paisaje. Dejamos las A-232 para coger una arteria menor, la TE-21 que nos lleva hasta Fuentes de Rubielos y, en fuerte bajada, a Olba para unirnos al curso del río Mijares.

No abandonamos el asfalto. Nuestro camino continúa por la TE-20 siguiendo fielmente el fluir del río MIjares. A nuestro alrededor se abre paso un paisaje impactante. Poco antes de llegar a La Monzona la TE-20 se convierte en la CV-20, estamos en la provincia de Castellón. No tardamos en ver las aguas del embalse de Arenos y los primeros vestigios del destructivo incendio que asoló esta zona hace menos de dos semanas.

En Puebla de Arenoso hacemos una parada y preguntamos por el estado de los caminos (ya que el Camino del Cid se desvía no lejos de allí para adentrarse en el barranco de Maimona) nos indican que los caminos permanecen cortados y que no tienen claro que podamos pasar. Ante la duda decidimos continuar por la carretera, que es el itinerario indicado para la versión de cicloturismo (es el único tramo de todo el Camino del Cid que no hemos seguido fielmente el track de btt). A pesar de ello, la carretera resulta tranquila y nos deja bonitas vistas del barranco formado por el río Mijares.

Río Mijares

Río Mijares

Llegamos a Montanejos que nos lo encontramos colapsado de la cantidad de gente. Decidimos seguir sin apenas parar para comprobar el camino a seguir. Tomamos una pista que serpentea por la ladera de la sierra de los Tajos. Una densa de pinar, a lo lejos se pueden ver zonas quemadas. Al superar el barranc de Juan Royo nos metemos de lleno en la zona del incendio, todo a nuestro alrededor está devastado por las llamas.

Tras una bajada algo confusa al río Montán, atravesamos la carretera CV-195 para llegar al pueblo de Montán. Debido a las horas que son dudamos si quedarnos en esta localidad, pero no encontramos alojamiento por lo que decidimos continuar y enfrentarnos a la dura subida para superar la sierra de Espina.

Iniciamos la subida por pista asfaltada, pero con durísimas rampas iniciales que van suavizando tras el primer kilómetro, aunque nos encontramos rampas a lo largo de toda la subida de fuerte pendiente que, a estas alturas de la jornada, pondrán a prueba las piernas. Después de 500 metros de subida llegamos al collado del Zurdo (1031 m) desde donde aún subiremos otros 50 metros más antes de iniciar una frenética bajada hasta el barranco del Mas del Moro.

Subida al collado del Zurdo

Subida al collado del Zurdo

Y cuando pensamos que ya no hay más subidas la realidad se impone. Desde el barranco del Mas del Moro se inicia una fuerte subida de otros 100 metros que destrozan las piernas ya de por si al borde de la extenuación. Con el sol despidiéndose iniciamos el descenso por el barranco de los Navarros. En nuestro descenso pasamos por la Mas de Noguera.

Después de esta dura jornada decidimos pararnos en este rincón idílico en medio del silencio para darle un respiro a nuestras piernas después de una jornada durísima.

Día 7. Mas de Noguera-Valencia (98 km-350 m+)

No hay mejor manera de iniciar la jornada que con el sonido de la naturaleza. Y así es como la iniciamos en Mas de Noguera tras un descanso reparador. Las primeras pedaladas las realizamos por asfalto en un corto tramo de fuerte pendiente. Las piernas duelen. Alcanzamos el alto del Mas del Bravo.

Desde aquí tomamos una pista de muy mal firme y muy pedregosa, siguiendo la vereda de la Molinera, en bajada donde hay que extremar las precauciones. Alcanzamos la Masía Minete, nosotros seguimos por la vereda de la Molinera que sigue fielmente el barranco de las Clochas. Vemos indicaciones del GR-7 (De Andorra a Tarifa), pero no tarda en abandonarnos por otras sendas a nuestra derecha. Nuestra senda, estrecha y de firme irregular, serpentea entre pinos y arbustos. Es divertida y bonita, pero en algún punto echamos el pie a tierra para salvar algún escalón.

Descenso a Caudiel

Descenso a Caudiel

La senda nos termina llevando hasta una pista de buen firme el camí de Pina que nos lleva derechos a Caudiel. En esta población nos unimos de nuevo al trazado de la vía verde de los Ojos Negros. De manera cómoda y sin desniveles llegamos a la población de Jérica. Su castillo, de época musulmana, fue entregado al Cid en el año 1090. Aquí conseguimos sellar, pero desechamos la posibilidad de realizar una parada debido a la cantidad de gente.

Proseguimos por la vía verde de los Ojos Negros. La vía discurre sale de la población por un carril bici bien señalizado hasta alcanzar el trazado del antiguo tren. Dejamos atrás viaductos, trincheras y túneles, todos ellos iluminados, por lo que no necesitamos sacar los frontales en ningún momento.

Vía verde de los Ojos Negros

Vía verde de los Ojos Negros

Pasamos junto al camping de Navajas y, poco después, por el camping de Altura. Aquí decidimos hacer una parada y, hoy que parece más tranquilo, disfrutar de un buen almuerzo. Retomamos nuestro camino fieles al trazado de las vías. En Soneja nos encontramos con un enlace, la construcción de la autovía ha hecho desaparecer el antiguo trazado ferroviario.

Tras varios kilómetros relajados, en las proximidades de Algimia de Alfara, abandonamos la vía verde de los Ojos Negros para tomar un camino asfaltado a la salida de la población en decidida dirección este. Se van uniendo caminos asfaltados que atraviesan las huertas. Todo a nuestro alrededor está repleto de naranjos en flor, su aroma nos acompaña en este pedaleo relajado.

Nos unimos a la carretera CV-320 durante un par de kilómetros, lo justo para poder atravesar el cauce del río Palancia. Tras superar el río, nos desviamos de la carretera, de nuevo por caminos asfaltados, en ligera subida para tomar el camí del Cadoval que nos lleva a Quart de les Valls. El itinerario del Camino del Cid se vuelve más urbano, atravesamos Quartell y Benavites antes de girar hacia el sur tomando la colada del camino de la Vereda.

Atravesamos diversas carreteras (CV-321, CV-323 y CV-320) para, tras atravesar el nudo viario que forman la A-7 y la AP-7N, aproximarnos a Sagunto por el norte. A lo lejos se dibuja el perfil del Tossal del Castell, ubicación de la antigua ciudad íbera de Arse, de la posterior ciudad romana y, por último, de su castillo.

Continuamos dirección sur. El Camino del Cid se une a la vía Augusta hasta PuÇol por zona muy urbanizada y evitando las vías con mayor tráfico. A las afueras de PuÇol nos unimos a la vía verde de la Xurra. La vía verde nos ofrece la oportunidad de alcanzar la ciudad de Valencia por carriles bicis evitando el tráfico. Y así, llegamos a la ciudad objeto de nuestros deseos: Valencia.

Llegada a Valencia

Llegada a Valencia

Valencia fue conquistada por el Cid en el año 1094 donde murió en el año 1099. A pesar de los diversos intentos de los almorávides por hacerse con la ciudad su viuda, doña Jimena, consiguió mantenerla bajo dominio cristiano hasta el año 1102 cuando se vio obligada a abandonarla debido a la presión musulmana.

Y es aquí donde finalizamos nuestro recorrido por este Camino del Cid, realizado por partes, que nos ha llevado desde Burgos a Orihuela en cuatro salidas realizadas en seis meses. Un auténtico placer para los amantes del cicloturismo. Pero aún no se ha acabado la aventura, quedan anillos por realizar y, aunque ya hemos realizado el anillo de Montalbán y el anillo de Morella, aún nos esperan caminos por recorrer acompañando al Cid.

Recorrido

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Información práctica

Bibliografía

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