Camino de los tratantes

Datos de la ruta

  • Zona: Señorío de Molina y Alto Tajo; sierra de Enebrales; montes Picaza
  • Duración: 2 días
  • Tipo de recorrido: circular
  • Tipo de firme: en líneas generales transcurre por buen firme a excepción de algún corto tramo de ciclabilidad limitada. El tramo más exigente y menos ciclable se sitúa en el barranco de la Poveda donde, dependiendo de las fuerzas de cada uno, nos veremos obligados a echar el pie a tierra en algunos tramos.

Descripción

No es la primera vez que nos acercamos a estas tierras. Por Molina de Aragón pasamos en nuestra ruta del Parque natural del Alto Tajo y Señorío de Molina; y por Orea y Orihuela de Tremedal estuvimos con nuestras bicis en el recorrido que realizamos por los Montes Universales. Sierra de Tremedal.

Tampoco es la primera vez que recorremos este Camino de los tratantes. Intentamos recorrerlo hace algún tiempo, pero el barro se alió en nuestra contra. Lo volvimos a intentar meses después y la soledad de sus horizontes nos cautivó. Ahora volvemos para compartir este camino histórico poco conocido y, quizá por ello, tan atractivo para el cicloturismo.

El Camino de los tratantes es un camino marcado (aunque algo perdido en algunos tramos) que une el Torcal del Rincón (en el término municipal de Motos en la provincia de Guadalajara) con la monumental Molina de Aragón. Para ello sigue los caminos utilizados por los tratantes que, durante siglos, transportaron mercancías entre las comarcas fronterizas de Molina de Aragón, Albarracín y Teruel.

Los últimos usos comerciales que tuvo el Camino de los tratantes está relacionado con el trarto de mulas destinadas a la labranza que eran compradas y vendidas en la feria de Orihuela de Tremedal, Molina de Aragón o en otras ferias más al norte como Almazán (Soria). Sin duda debía ser impresionante ver el paso de centenares de mulas en caravana capitaneadas por los tratantes con sus largos blusones negros que los identificaban como tratantes. Este oficio cayó en el olvido con la mecanización del proceso productivo agrario.

Día 1. Molina de Aragón-Orihuela de Tremedal (52,5 km-1165 m)

Tomamos como referencia la monumental Molina de Aragón para este nuevo recorrido. Esta primera jornada podemos considerar que es «de transición» ya que nos permite llegar al inicio del Camino de los tratantes siguiendo otras rutas y caminos alternativos (para hacer la ruta circular).

El imponente castillo de Molina de Aragón, cuyo origen se remonta a la fortaleza andalusí construida en torno al siglo X (aunque sería reconstruido en el siglo XII por Alfonso I de Aragón), nos despide en estos primeros kilómetros que realizamos por la carretera que une esta población con Castilnuevo. Un carril peatonal y para bicis hace de estos kilómetros un calentamiento seguro.

Pero como no nos gusta mucho el asfalto, nos desviamos por el camino de Molina, salvando el río Gallo gracias al puente Morisca.

Puente Morisca sobre el río Gallo

Puente Morisca sobre el río Gallo

Llegamos a las afueras de Castilnuevo. Dejamos su visita para la vuelta, ya que aquí iniciamos el único tramo compartido. Seguimos por el camino de Molina para atravesar un pequeño barranco. Pero esta coincidencia termina en el primer cruce, donde nos desviamos del Camino de los tratantes, para seguir, en suave descenso, dirección hacia Torremochuela. El camino es ancho, a los lados extensos campos de labor que muestran una pelusa musgosa animada por este extraño tiempo primaveral en pleno mes de febrero.

Cuando llegamos a Torremochuela apenas se oye un suspiro. Solo vemos un vecino con una escalera dispuesto a podar un árbol. Saludamos y seguimos nuestrorecorrido. Dejamos al podador por la parte alta del pueblo. Nos dirigimos ahora a otra población igual de silenciosa: Torrecuadrada de Molina. Y es que estamos en medio de eso que se ha puesto de moda llamar en los últimos años «La España vacía», aunque es algo que hace años que estaba ahí.

Nos acercamos a la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, antes de seguir nuestro recorrido.

Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Torrecuadrada

Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Torrecuadrada

Salimos de Torecuadrada de Molina, y al poco empezamos el ascenso. Un ascenso eterno, mantenido hasta el infinito, con pendiente moderada pero mantenido como un dolor de muelas para alcanzar las alturas de los montes de Picaza. Las tierras pedregosas que nos han venido acompañando son sustituidos por encinas y sabinas que van poblando nuestro escaso horizonte. El terreno sigue siendo pedregoso y la interminable cuesta nos recomienda bajar la vista e ignorar los falsos llanos que nos salen al paso.

Tras una incansable ascensión alcanzamos la cota de los 1420 m de altitud, alcanzando altura en estos redondeados montes de Picaza, Por fin, llaneamos por buena pista siguiendo el carril de Molina a Checa. Permanecemos poco tiempo en las alturas, un moderado descenso nos deja en la puerta de la ermita de Santa Lucía.

Tras un pequeño respiro, el descenso continúa hasta las calles de Traíd. En esta solitaria población nos recibe la fuente con cabeza de carnero y nos proporciona el apreciado líquido del que andábamos escasos. Una anciana se asoma con curiosidad a una ventana, es el único ser humano que vemos en el pueblo.

Abandonamos el pueblo por asfalto, pero apenas tardamos unos cientos de metros en dejar el asfalto para tomar una pista. Iniciamos un fuerte descenso hacia el barranco de Valhondo. El paisaje de nuevo cambia, ahora son los pinares los que se vuelven frondosos alimentados por esta inusual humedad que nos rodea.

Barranco de Valhondo

Barranco de Valhondo

Después de cada subida siempre viene una subida, y en este caso no es diferente. A pesar de la suave subida, el camino se muestra como uno de esos rincones inesperados que hay en toda ruta. A nuestro alrededor un denso pinar. Algunos pinos aparecen caídos en medio del camino (seguramente como consecuencia de los últimos temporales de viento) lo que nos obliga en algún punto a echar el pie a tierra para sortear los gruesos troncos.

Tras disfrutar de este tramo, la pista nos lleva a enganchar la parte alta del barranco del Poyo del Pino. En su cabecera se sitúan una conjunto de lagunas, estamos en el Bodón del Campillo. Un paisano de la zona nos señala las aves que se alteran ante nuestra presencia y nos indica la presencia de un par de garzas y un pato que levantan el vuelo en cuento nos intuyen.

Bodón del Campillo

Bodón del Campillo

A pocos metros de este acuático escenario, enlazamos con la carretera que nos lleva hasta Alcoroches. Aquí hacemos una pequeña parada en el bar (hay varios) antes de continuar hacia el último tramo de esta primera etapa.

Y es que según salimos de Alcoroches nos enfrentamos a una dura subida. Estas pistas nos recuerdan nuestro recorrido por el Camino del Cid que hicimos por estas mismas pistas (el camino oficial no pasa por aquí, pero en aquella época, que no estaba marcado, nosotros seguimos otras indicaciones). La parada en el bar no me sienta bien, las piernas se enfrían y cuesta volver a introducirles en la rutina de pedalear.

Alcanzamos un tímido collado en torno a los 1650 m de altitud, por encima de nuestras cabezas se sitúa el Caimodorro (1940 m) la máxima altura de los Montes Universales. A partir de alcanzar la máxima altura de nuestro recorrido, iniciamos un llaneo primero y posteriormente un descenso que nos lleva a atravesar el barranco de la Última Nava y, por el camino de Orea, llegamos  la población de Orea.

Atravesamos Orea para llegar hasta el centro de interpretación (desde este punto iniciamos nuestra ruta por los Montes Universales. Sierra de Tremedal). Para este último tramo aprovechamos las indicaciones del Camino del Cid. Dejamos Orea por carretera, para desviarnos, siguiendo las indicaciones, hacia el cauce del río Gallo donde se sitúa el área recreativa de fuente del Cura.

Al retomar la carretera, apenas un kilómetro y medio nos separa de nuestro destino para esta jornada: Orihuela de Tremedal. Donde un merecido descanso nos aguarda para, ahora sí, enfrentarnos con fuerzas al trazado del Camino de los tratantes en la jornada de mañana.

Día 2. Orihuela de Tremedal-Molina de Aragón (60 km-850 m)

Iniciamos la mañana a la búsqueda del inicio del Camino de los Trantantes, ya que empieza en un rincón algo escondido. Los primeros metros son de asfalto para poder atravesar las aguas del siempre presente río Gallo, pero no tardamos mucho en iniciar el ascenso hacia las formas redondeadas de la sierra de los Enebrales (en torno a los 1440 m de altitud).

Buscamos el inicio de nuestro camino entre sabinas y enebros, y lo localizamos muy cerca de la Torca del Rincón, situado en el límite de la provincia de Guadalajara y Teruel (un punto algo extraño para empezar y donde no localizamos ningún cartel, digno de tal nombre, que anuncie el punto de partida).

Torca del Rincón. Camino de los Tratantes

Torca del Rincón. Camino de los Tratantes

El sendero se pierde entre enebros y, en algunos puntos, cuesta encontrar el trazado (es un kilómetro y medio evitable si se sigue por la pista hasta desembocar en una pista que nos lleva al reencuentro del camino original). Muchas de las indicaciones blanquiverdes aparecen caídas y el mantenimiento brilla por su ausencia.

Apenas es un kilómetro y medio hasta juntarnos con el barranco de Santa María donde el camino se hace mucho más definido y se incorpora a las buenas pistas que se elevan hacia la población de Motos. Motos fue punto importante en este Camino de los Tratantes ya que aquí se facturaba inicialmente el peaje que permitía el tránsito por estos parajes, esto fue así hasta finales del siglo XV cuando se trasladó este pago a la vecina Alustante.

Apenas nos asomamos a esta población con su vigilante ermita de San Fabián y San Sebastián desde lo alto del cerro. Nosotros proseguimos para descender de nuevo hacia el barranco de Santa María. Nos unimos a la carretera para poder salvar al incansable río Gallo poco antes de llegar a Alustante, parada obligatoria para todos los tratantes que seguían esta ruta.

Del pubelo de Alustante salimos por el norte, camino de la ermita de San Sebastián. Una mirada atrás nos deja unas buenas vistas de la altiva torre de la iglesia de Santa María de la Asunción. Iniciamos una pendiente moderada por el prado de los Quiñones. Nos adentramos en el barranco de la Poveda por una pista de buen firme de la que nos separamos para seguir las indicaciones del Camino de losTratantes para iniciar un tramo duro por senda y en suave pero continúa subida.

El sendero se estrecha y el valle se vuelve afilado. La senda serpentea por la ladera por el antiguo camino. En algunos puntos la senda aparece vencida hacia el cauce del seco arroyo. En medio del silencio se filtra el sonido del hilo de agua que, no sabemos muy de dónde, surge en el cauce del arroyo de Carravilla.

Barranco de la Poveda. Camino de los Tratantes

Barranco de la Poveda. Camino de los Tratantes

Nos lo tomamos con calma e intentamos disfrutar de uno de los parajes más bonitos de la ruta. A la salida del barranco enlazamos con el carril de Molina, pero la alegría nos dura poco. A los pocos metros nos desviamos por una pista que, siguiendo el arroyo de los Barrancos nos lleva hasta la localidad de Piqueras.

Salimos de Piqueras por la empinada carretera. En una zona sombreada se sitúan la fuente de Fuentepeñuela y la fuente de los Gamellones de la Dehesa, ambas con buen caudal de agua a pesar de la escasez de lluvias de este extraño invierno. Poco después nos desviamos de la carretera para tras un ligero ascenso adentrarnos en la hondonada donde descansan los restos de la ermita de San Sebastián. A la derecha del camino la fuente de Las Balsas chisporrotea con el alegre sonido de su caño. La fuerte subida se ve decorada por los campos labrados a nuestro alrededor tapizado de una pelusilla verdosa.

Camino de los Tratantes

Camino de los Tratantes

Seguimos ascendiendo por pendiente más suave, aunque aún nos tendremos que enfrentar a algún repechón inesperado antes de alcanzar caminos en mejor estado y recuperar un poco el aliento. El camino, de cierta dureza, nos adentra en el barranco del Rebollar (o barranco de Mortus) para salir a una zona de amplias vistas.

Aquí nos llevamos la desagradable sorpresa de que un letrero nos prohíbe el paso, hay una montería (algo, por desgracia bastante habitual en esta época del año), a pesar de estar siguiendo un camino perfectamente señalizado por la diputación. La prudencia nos lleva a acercamos a uno de los hombres que parecen formar parte de ella y nos indica que están terminando. Dedicamos los siguientes 45 minutos a mirar el suelo con detenimiento donde localizamos algunos fósiles increíbles (entre ellos alguno bastante espectacular de ammonites). Por fin parece que tenemos el beneplácito de los cazadores y, con un poco más de peso, proseguimos nuestro camino.

Nos adentramos en un bonito encinar surcado por una pista ancha surcada por numerosos 4×4 y puestos de caza aún ocupados. Pasamos deprisa intentando no comer mucho polvo. Pasamos la conocida como La Peña del Tormo y una pista rápida rodeada de bonitas formaciones rocosas nos deja en Anquela del Pedregal.

Entrada en Anquela del Pedregal

Entrada en Anquela del Pedregal

Salimos de la localidad por la parte alta junto a algunas edificaciones agrícolas en no muy buen estado. El terreno se presenta pedregoso y algo incómodo, haciendo honor al nombre de la localidad que acabamos de atravesar. A lo lejos se distingue la silueta de Torremocha de Molina, por donde pasamos el día anterior.

Las encinas se convierten en protagonistas de este tramo. Salimos del denso encinar por el camino del Lastrón que nos deja junto al cauce del arroyo del Prado. Solo una corta, pero durísima, pendiente nos separa del pueblo casi abandonado de Otilla, alzado a casi 1220 m de altitud sobre un pequeño saliente.

Desde este punto, apenas 20 kilómetros nos separan de Molina de Aragón. Retomamos el camino desviándonos a la altura de la charca de El Navajo. Por un cómodo descenso seguimos el cauce del arroyo del Prado. Aún quedan restos de antiguas construcciones que permitían salvar las aguas de este arroyo y perduran tozudas al paso del tiempo.

Puente sobre el arroyo del Prado. Camino de los Tratantes

Puente sobre el arroyo del Prado

Ignoramos la Rambla de Piqueras para seguir por el Cordel de Ganados del que nos desviamos poco después por una fuerte pendiente. Es muy corta, pero pedregosa y es probable que más de uno, como fue mi caso, tenga que hacer unos cuantos metros de senderismo. Salimos al llano, donde las extensas parameras que rodean Molina de Aragón se vuelven a imponer. Atrás quedan los bosques y las encinas, en el horizonte el paisaje se vuelve más árido y pedregoso.

Una nueva subida que nos permitirá llegar al pueblo de Prados Redondos. Tentados estamos de ignorar esta subida, ya que el camino vuelve a descender desde el pueblo. Pero las ganas de ser fieles al Camino de los Tratantes se impone y obedientes entramos en Prados Redondos por la zona de las eras.

Descendemos por carretera para unirnos a la Rambla de Piqueras que por terreno bastante cómodo nos lleva hasta Pradilla donde los perros pastores nos dan una ruidosa bienvenida y nos disuaden de acercarnos al copioso rebaño que guardan.

Desde Pradilla un corto tramo nos lleva al reencuentro del ramal que seguimos el día anterior. Nos adentramos en el pequeño barranco que el día anterior hicimos de ascenso. Rodeados de alambradas a ambos lados llegamos a Castilnuevo donde este Camino de los Tratantes se encuentra con el Camino del Cid.

De nuevo la tentación nos sale al paso en forma de carril bici en el lateral derecho de la carretera entre Molina de Aragón y Castilnuevo. Pero nos imponemos y nos desviamos por un suave ascenso hasta un collado desde donde es visible la fantástica silueta del castillo de Molina de Aragón, imponente en el cerro que preside la localidad. Ya solo queda descender hasta las calles de Molina de Aragón para dar por concluido este Camino de los Tratantes.

Recorrido

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Información práctica

  • Podéis localizar el track en: https://es.wikiloc.com/rutas-cicloturismo/camino-de-los-tratantes-47088985
  • La Diputación de Guadalajara con la colaboración del ayuntamiento de Alustante editó una topoguía del Camino de los Tratantes en el año 2010. Nosotros la conseguimos contactando directamente con la diputación.
  • Existe la posibilidad de unir Molina de Aragón con Orihuela de Tremedal siguiendo el Camino del Cid, es algo más largo y duro pero puede ser otra alternativa para la primera jornada.
  • Podéis encontrar información del Camino de Cid, que se cruza con este recorrido en varios puntos, en la web: https://www.caminodelcid.org/
  • Hay algún libro que habla de esta zona casi despoblada del Señorío de Molina como es Los últimos. Voces de la Laponoa española (editorial Pepitas de calabaza) donde habla de algunos de los pueblos que hemos visitado en este recorrido como son Otilla o Anquela del Pedregal.

 

2 comentarios:

  1. Jose Luis Medranda

    Genial la ruta y la descripción. ?

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