Guadalajara-Zaragoza. Uniendo capitales

Datos de la ruta

  • Zona: valle del Alto Tajuña; depresión de Tortuera-La Yunta; reserva natural de la laguna de Gallocanta; valle del Jiloca; sierra de Algairén
  • Duración: 3 días
  • Tipo de recorrido: lineal
  • Tipo de firme: la ruta discurre en general por pistas en muy buen estado, pero el tramo de la Cañada Real Galiana no tiene un firme cómodo. Hay tramos de ciclabilidad limitada en los siguientes puntos:
    • Primera jornada:
      • Unos pocos cientos de metros de fuerte pendiente junto a las vías del AVE justo antes de desviarnos hacia Navalpotro.
      • Tramo de unos 200-300 metros una vez atravesadas las aguas del río Piedra y hasta retomar las pistas que llevan a  una torre vigía, debido a que las pistas han desaparecido entre el arado.
    • Tercera jornada:
      • Pistas de subida, por la fuerte pendiente, y de descenso, por estar el firme en muy mal estado y fuerte pendiente, para atravesar la sierra de Algairén (es mejor buscar alternativa por carretera para este tramo, pero esto supondrá sumar kilómetros adicionales a la jornada).

Descripción

Realizamos este recorrido ya que siempre resulta atractiva la idea de unir capitales de provincia siguiendo caminos e intentando evitar los mayores desniveles posibles. Esta pequeña salida tomará como referencia en su primera jornada la Cañada Real Galiana y el curso del río Tajuña. Para la segunda jornada nos adentraremos en la gran depresión de Tortuera-La Yunta y nos acercaremos a visitar la Laguna de Gallocanta. Finalmente, y tras atravesar la compleja sierra de Algairén, será el río Huerva el que guíe nuestros pasos hasta la ciudad de Zaragoza.

Os invitamos a recorrer algunos caminos no señalizados para unir Guadalajara y Zaragoza por rutas solitarias.

En nuestro recorrido hemos seguido algunos tramos de los siguientes caminos señalizados:

Día 1. Guadalajara-Cortes de Tajuña (84,5 km-970 m+)

Situamos nuestro punto de inicio en la misma estación de Guadalajara. Recorremos la ciudad evitando las calles más concurridas siguiendo el río Henares primero y después desviándonos por algunos pequeños parques. Salimos de la ciudad por el sureste para unirnos, a la altura de Taracena, a la pista que recorre el valle de Torija, paralelos a la A-2, siguiendo la Colada de la Raya de Taracena.

Son 15 km en continua subida, aunque de pendiente muy suave, con un único pueblo intermedio: Valdenoches. No paramos en Valdenoches. La llegada a Torija está presidida por la silueta del impresionante castillo de Torija (s. XIV). El castillo sería ocupado en el s. XIX por las tropas francesas y volado por Juan Martín el Empecinado lo que conllevó su ruina.

Llegamos a Torija con el calor del mediodía y con ganas de detenernos un poco a refrescarnos. Nos detenemos, pero no en exceso. Nos quedan muchos kilómetros por delante. Dejamos atrás la localidad para unirnos, junto a las vías del ferrocarril, a la Cañada Real Galiana. Dejamos no muy lejos la población de Fuentes de la Alcarria y empezamos a serpentear siguiendo el trazado de la cañada Real de Merinas junto al río Hungría, tras atravesar la CM-2011.

Cañada de las Merinas. Río Hungría

Cañada de las Merinas. Río Hungría

El firme de la cañada es incómodo y hace que el avance, rodeados de encinas, sea lento. La cañada se une a la carretera CM-2005. Poco después nos desviamos hacia la población de Hontanares en busca de agua y una sombra para comer.

Retomamos la cañada remontando el arroyo de la Vega que nos permite alcanzar la parte alta. El camino nos acerca a las vías del AVE y un paso nos permite atravesarlas. Aquí la cañada se une con la cañada Real Soriana Oriental y, por unos pocos metros, nos reencontramos con el Camino de la Lana y la Ruta Jacobea de los Calatravos. Aunque no tardamos en separarnos de ambos caminos.

Seguimos paralelos a las vías del tren, donde nos topamos con una rampa de gran pendiente. Poco después nos desviamos de manera definitiva de la cañada y de la vía férrea, por los caminos que nos llevan a Navalpotro atravesando el arroyo del Regachal.

Arroyo del Regachal. Navalpotro

Arroyo del Regachal. Navalpotro

Nos unimos a buenas pistas que nos llevan a Laranueva. Y de aquí, una pista de concentración nos llevan, por terrenos amables y solitarios, hasta Cortes de Tajuña, donde llegamos las últimas luces del día.

Día 2. Cortes de Tajuña-Gallocanta (115 km-1200 m+)

En Cortes de Tajuña nos unimos al curso del río Tajuña, al que acompañamos siguiendo el asfalto de la GU-952. Nos desviamos unos metros del asfalto para acercarnos a los restos de una torre vigía semiderruida (torre de Albalate) en lo alto del Pico Peñarrubia y a la ermita de San Enrique en el cerrillo del Cabezuelo, rodeados de una frondosa chopera en uno de los meandros del río Tajuña.

Torre de Albalate. Río Tajuña

Torre de Albalate. Río Tajuña

Tras acercarnos a ambos edificios, nos unimos de nuevo a la pequeña carretera que abandonamos, para llegar a la población de Luzaga. Dejamos la localidad por el desfiladero que abre el río Tajuña a los pies del Oppidum del Castejón, cuyos restos se alzan en el pequeño cerro que custodia el pueblo.

Tras atravesar la CM-2113, tomamos una pista que sigue le curso del río Tajuña. Entre encinas, dejamos atrás el desvío al campamento de El Doncel (inaugurado en 1949) y el campamento de Anguita. Varios puentes ayudan a cambiar de ribera y avanzar por el bonito valle alimentado por las aguas del río Tajuña. Cerca de nuestro camino se pueden encontrar importantes vestigios de época celtibérica (castro de Hocincavero) y de época romana (campamento de La Cerca).

En Anguita nos unimos al Camino del Cid (Tierra de fronteras), para proseguir en la misma compañía del río Tajuña a través del espectacular valle que une las poblaciones de Anguita y Luzón. La Torre de los Moros marca el final de la parte más angosta y la cercanía de la ermita de San Roque que anuncia las calles de Luzón.

En Luzón nos alejamos del camino, para unirnos a la carretera GU-947 en dirección a Ciruelos de Anguita, donde no llegaremos a entrar, para desviarnos posteriormente por caminos que inician la subida para alcanzar el puerto de Moranchón (1254 m) donde cruzamos la N-211. Nos separamos del asfalto para rodear el cerro de Cabeza de Maranchel e iniciar el descenso por el arroyo de Valdeclares hacia el cauce del río Mesa. Atravesamos las aguas del río junto a las ruinas de un molino.

Molino. Río Mesa

Molino. Río Mesa

Seguimos la pista que bordea el cerro en el que se sitúa la ermita de la Virgen de Palmaces (que visitamos en nuestra ruta Entre el río Mesa y el río Piedra). En este punto decidimos cambiar el itinerario en busca de una torre vigía, pero las pistas se diluyen y se pierden entre los sembrados lo que complica el avance. En unos cientos de metros salimos a buenas pistas y vemos, sobre una pequeña elevación, los restos de una torre vigía.

Nos enfrentamos a un tramo de continuas subidas y bajadas, aunque con pista de muy buen firme. Junto a Establés, cambiamos de orientación para seguir las misma pistas que seguimos en la ruta Entre el río Mesa y el río Piedra en dirección sureste hasta el castillo de Chilluentes y las ruinas de la ermita de San Vicente. Atravesamos la sierra de Selas acumulando desnivel a las piernas, antes de llegar a Pardos.

Continuamos por pista hasta el pubelo de Torrubia donde tomamos el camino de Cillas  y nos adentramos en la depresión de Tortuera-La Yunta. Dejamos a trás Tortuera y, por pista ancha y cómoda, llegamos a La Yunta, donde hacemos una para para reponer.

Desde La Yunta iniciamos una subida, con las luces del día debilitadas, para alcanzar el mojón de Isabelana, donde nos unimos al GR-24 durante unos pocos metros antes de desviarnos para adentrarnos en Campo de Daroca y en la provincia de Zaragoza. No tardamos en iniciar el descenso hacia las llanuras de la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta. La primera población que alcanzamos es Las Cuerlas. Posteriormente, por terreno bastane llano, llegamos a la ermita de Nuestra Señora del Buen Acuerdo (s. XII-XIII) desde donde disfrutamos de unas vistas magníficas de la Laguna de Gallocanta.

Laguna de Gallocanta

Laguna de Gallocanta

Una corta bajada y unos pocos kilómetros por las pistas que se acercan a los miradores de aves, nos llevan hasta las calles de Gallocanta donde ponemos fin a esta larga e intensa jornada.

Día 3. Gallocanta-Zaragoza (115 km-1100 m+)

El día nos recibe con lluvia y cielos grises. Con las primeras gotas del día, nos unimos a las indicaciones del Camino del Cid (Anillo de Gallocanta)  que coninciden con las del sendero de pequeño recorrido PR-Z 19 para salir de la localidad de Gallocanta por el camino de Matacorda de fuerte tonalidad rojiza. Nos unimos a la vereda de Granados atravesando diversos arroyos que nos obligan a subir y bajar. Las indicaciones dejan las pistas para seguir un estrechos endero entre encinas que en algunos puntos nos obligan a echar el pie a tierra.

La senda incia una fuerte subida que nos lleva hasta un colladoa 1100 m de altitud, para luego descender de manera vertiginosa hasta la localidad de Santed custodiada por su imponente castillo del s. XIV. Atravesamos la carretera A-211 para seguir por buena pista y adenrtarnos en la sierra de Santa Cruz. Nos adentramos en un paisaje de perfiles ondulados y plantaciones de frutales que siguen el Camino del Cid (Anillo de Gallocanta) y el PR-Z 20.

Sierra de Santa Cruz. Anillo de Gallocanta

Sierra de Santa Cruz. Anillo de Gallocanta

La primera localidad que encontramos es Val de San Martin, que dejamos trás por el camino del cementerio; la siguiente localidad es Valdehorna. Desde esta última iniciamos un fuerte descenso por pista asfaltada que nos arroja al valle del río Jiloca. Junto al río Jiloca nos unimos al trazado que seguimos en nuestra ruta de Tres Taifas y Conquista de Valencia. Con el sol abriéndose paso a través de las pesadas nubes, llegamos a la localidad de Daroca donde nos regalamos una generosa parada.

Salimos de Daroca por los polígonos industriales situados al noreste de la población para tomar la pista que remonta la rambla de la Mina hasta Retascón. Nos unimos a las pistas que avanzan paralelas a la N-330 con un fuerte olor a granja porcina para llegar a la población de Mainar. Aquí atravesamos la nacional y tomamos los caminos que empiezan a remontar la sierra de Algairén.

Tras atravesar el arroyo de Valdefrasno la pendiente se agudiza de manera significativa, a lo que se une el terreno pedregoso y roto, y en los últimos metros de subida echo el pie a tierra.

Sierra de Algairén

Sierra de Algairén

Nos juntamos con una buena pista, pero es solo una ilusión. Seguimos las pistas que discurren cercanas al trazado del tren. Son pistas pedregosas y complicadas, tanto de subida como de bajada, con fuertes pendientes y que nos obligan a descender de las bicis en algunos puntos lo que no permite disfrutar mucho del paisaje (mucho cuidado aquí, porque los descensos son técnicos y peligrosos. Posibilidad de, y yo diría que es recomendable, buscar alternativa por carretera sumando algunos kilómetros adicionales). Tardamos horrores en hacer este tramo lento e incómodo, hasta llegar a Encinacorba.

Hemos dejado atrás lo más duro, pero aún quedana lgunos tramos pedregosos y de mal firme, en los que hayq ue extremar precauciones, entre Encinacorba y Cariñena, donde entreamos por el camino de los Cañares. Tras una pausa en Cariñena, nos unimos a las pistas que discurren paralelas a la A-23, en un tramo feo y desangelado que nos lleva a Muel, las proximidades de Botorrita (y el yacimiento de Contrebia Belaisca o Cabezo de las Minas) y Maria de Huerva.

A partir de Maria de Huerva nos adentramos en terrenos más «ocupados». Las pistas, ahora paralelas a las aguas del río Huerva, tributario del río Ebro, dejan a nuestra derecha las colinas terrosas que jalonan el camino hasta Cadrete y Cuarte de Huerva. Una pequeña carretera nos permite llegar a las calles de Zaragoza (la antigua Caesaraugusta romana) por su parte sureste y en plenas celebraciones de El Pilar.

Atravesamos la ciudad de Zaragoza para llegar a la estación de tren donde ponemos fin a esta jornada y donde hayq ue empezar a buscarse la vida para la vuelta, la parte más difícil del viaje.

Recorrido

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Información práctica

 

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