Datos de la ruta
- Zona: geoparque Las Loras; páramo de Villadiego.
- Duración: 2 días
- Tipo de recorrido: circular
- Tipo de firme: la ruta discurre en general por pistas en muy buen estado y carreteras secundarias de escaso tráfico. Las subidas son bastante moderadas, pero encontraremos alguna subida puntual de fuerte pendiente sin problemas técnicos reseñables. Algunos de los tramos con subidas más destacadas son:
- Primera jornada:
- Tramos final de la subida por el barranco de Valseco (metros finales).
- Unos pocos metros para tomar la carretera BU-601 ya que el camino lo han destruido con la ampliación de la carretera (opción de seguir por la zona de los molinos y conectar con la carretera un kilómetro antes).
- Cuesta de fuerte subida (muy breve) tras la población de Coculina (siguiendo el PRC-BU 199). Evitable siguiendo la caerretera BU-601 hasta Brulles.
- Segunda jornada:
- Corto tramo de acceso al despoblado de Hormicedo por pista algo rota y fuerte pendiente final.
- Primera jornada:
Descripción
Nos acercamos a un territorio de zonas despobladas y geología singular: Las Loras. Esta zona, junto con parte de amplios territorios de Aguilar de Campoo y el valle de Sedano) fueron declaradas Geoparque en el año 2017 (con lo que actualmente existen 15 geoparques en España) conformando el Geoparque de Las Loras y pasando a formar parte del Unesco Global Geopark.
En Las Loras se puede encontrar una importante concentración de iglesias románicas (como tuvimos ocasión de disfrutar en nuestra ruta del románico palentino), yacimientos arqueológicos de la edad del hierro y dólmenes. Todo ello salpicado por paisajes espectaculares y sus dos loras más características: Peña Amaya y Peña Ulaña, que serán nuestras guías en esta aventura.
Tanto en Peña Amaya como en Peña Ulaña existen importantes vestigios de yacimeinto prerromanos (concretamente de la edad del hierro). Peña Amaya, dada su situación estratégica (con sus 1.315 metros de altitud que se alzan sobre la planicie), fue habitada por cántabros, romanos, godos, árabes y cristianos en distintas épocas y circunstancias. Las primeras ocupaciones constatadas se remontan a la Edad del Bronce, aunque sería a partir de la Edad del Hierro cuando adquiriría mayor importancia, siendo escenario de numerosos enfrentamientos (entre romanos y cántabros en el años 26 a.C; o entre el rey visigodo Leovigildo contra los rebeldes habitantes del norte peninsular en el año 574).
Esta ruta nos permitirá conocer, aunque sea en la distancia, estos lugares cargados de historia así como una geología singular.
Día 1. Humada-Villadiego (51 km-700 m+)
Nos situamos en plano corazón del geoparque de Las Loras, en la localidad de Humada. Es casi mediodía, pero apenas vemos a nadie mientras preparamos las bicis y las alforjas. Vigilante, Peña Ulaña observa, como ha hecho siempre. En su cumbre se sitúa un importante yacimiento prerromano (una buena excusa para regresar en un futuro próximo). A nuestra espalda, se vislumbra la silueta de Peña Amaya.
Inciamos el recorrido pedaleando por las faldas de Peña Ulaña que se alza imponente con una altitud de 1.140 metros y una longitud de 5 kilómetros. La pista es pedregosa, pero apenas presenta desnivel lo que hace que estos primeros compases sean tranquilos y agradables.
Llegamos al pequeño pueblo de San Martín de Humada, donde nos unimos a la carretera BU-V-6216. No nos cruzamos con ningún coche en los dos kilómetros que nos separan de Fuencaliente de Puerta.
Aquí nos volvemos a desviar por caminos para entrar en Talamillo del Tozo por una pista que se abre camino por un pequeño y espectacular congosto. La roca nos acompañará en el siguiente tramo que realizamos siguiendo el río de los Congostos. A ambos lados se alzan las loras que caracterizan el paisaje de esta zona. Empezamos a ganar altura por el barranco de Valseco, de forma moderada al principio. La pista no tarda en difuminarse tras pasar junto a un conjunto de pinos. Se vuelve pedregosa y empinada, especialmente para poder alcanzar el collado situado a 1.043 m. Desde este punto disfrutamos de unas buenas vistas.
El descenso lo realimos por una pista de las mismas caracteristicas, pedregosa y de firme irregular. la pendiente es acusada. La bajada es rápida y no tardamos en alcanzar las calles de La Piedra.
Nos acercamos a la iglesia de Santa María de La Piedra. La mayor parte del edificio data del siglo XVI, pero conserva un precioso ábside románico. Tras este alto en el camino, tomamos, a la salida del pueblo, el camino a Úrbel del Castillo. La entrada a la localidad la realizamos por el oeste, junto a la iglesia de la Virgen de las Candelas. En lo alto del promontorio rocoso nos saludan los restos del castillo que remonta sus orígenes a la expansión del condado castellano en el siglo IX (aunque ha sufrido diversas remodelaciones posteriores).
Nuestro recorrido nos lleva a bordear Peñas Altas y, con ello, el castillo de Úrbel por lo que tenemos la oportunidad de observarlo desde todas sus caras. Nuestro camino continua en ascenso. Ganamos altura de manera progresiva por un estrecho valle rodeado de rocas, girasoles y encinas.
Los últimos metros se hacen algo duros hasta alcnzar los 1.092 m, donde inciamos el descenso para tomar el camino que, con dirección este, nos permite bordear la cordillera de la Mesa. El camino se dirige decidido hacia unos molinos de viento. Aquí dudamos un momento de si seguir por la parte superior o un camino que parece descender a la carretera. Nos decidimos por esta segunda opción al ver señales de una ruta BTT, pero el camino termina de forma abrupta y nos toca empujar unos pocos metros la bici para conectar con la carretera BU-601.
Una vez en el asfalto inciamos una bajada rápida y cómoda hasta llegar a Coculina. En este punto nos enfrentamos a un fuerte ascenso siguiendo las indicaciones del sendero PRC-BU 199 (Sendero de las Lastras). La pista es buena, pero pedregosa y extremadamente empinada durante unas decenas de metros hasta alcanzar un pequeño collado. Después de toda subida toca bajar, y esta bajada nos deja, de nuevo, en el asfalto de la BU-601, que nos lleva, sin esfuerzo, hasta la localidad de Brulles.
Lo siguientes kilómetros discurren paralelos al curso del río Brullés. El camino discurre por la falda de las Laderas (donde se sitúan unos cuantos molinos de viento). No hay grandes desniveles, pero sí continuos sube y baja que aumulan metros en las piernas. Estamos en el páramo de Villadiego.
Alcanzamos el pueblo de Melgosa de Villadiego. Poco después llegamos a Villaute, donde nos da la bienvenida la torre de Villaute (construida en el siglo XV). Tras pasar por Villalibado, atravesamos las aguas del río Brullés para, acompañados de la sombra de los álamos, entrar en Villadiego por su polígono industrial.
La etapa ha sido corta. Un calentamiento para el día de mañana en el que nos espera algo más de desnivel y el encuentro con la protagonista de esta ruta: Peña Amaya.
Día 2. Villadiego-Humada (66,5 km-990 m+)
Dejamos atrás Villadiego ganando altura hacia el Calvario. El paisaje que nos acompaña en estas primeras horas es de amplias zonas de cultivo. La pista es cómoda, hemos dejado atrás, por el momento, las piedras. Rozamos Arenillas de Villadiego para alejarnos siguiendo el río Grande hacia Tablada de Villadiego.
Volvemos a ganar algo de altura para llegar a Villahernando, donde atravesamos la carretera BU-V-6013. Tomamos el camino hacia Boada de Villadiego evitando el asfalto lo que nos obliga alguna que otra subida. Desde esta localidad nos desviamos para adentrarnos en un estrecho desfiladero abierto por el arroyo de la Teja. Este tramo está algo roto y el tramo final es empinado. Al salir del estrecho, nos encontramos con los restos del despoblado de Icedo, del que apenas quedan algunas casas conquistadas por la maleza desde que quedara definitivamente abandonado en el año 1975. Entre las zarzas aún nos podemos acercar a la fuente subterránea del pueblo. En la parte alta se mantiene en pie, en relativo buen estado de conservación, la iglesia de San Adrián Mártir que aún conserva llamativas pinturas murales.
Tras la visita a Icedo continuamos nuestra ruta. Aún ascendemos unos metros para bordear el mónticulo que protege a la iglesia de San Adrián Mártir antes de empezar a descender hascia Villanueva de Puerta donde volvemos a atravesar la carretera BU-V-6013. Tomamos un camino en buen estado que se adentra entre los pliegues para llegar al pueblo abandonado de Hormicedo. Apenas quedan los restos de la iglesia de los santos Julita y Quirico, y de una casa cercana. Una senda nos permite acercarnos a la fuente (de similares características a la vista en Icedo, pero de menores dimensiones).
Tras esta visita, retomamos la pista que, siguiendo el curso del arroyo de Jarama, nos lleva hasta Villalbilla de Villadiego. Nos tomamos un respiro y unimos esta localidad con Barrios de Villadiego siguiendo la pequeña carretera BU-V-6232. Tras pasar por el cementerio, nos adentramos en buenas piesta sentre cultivos que van salvando pequeños desniveles. Atravesamos las localidades de Palazuelos de Villadiego y Villavedón. A partir de esta las cuestas se hacen más acusadas, nos acercamos a las zonas más montañosas, con Peña Amaya como anfitriona, y eso se hace notar.
Pasamos una zona de cotinuas subidas y bajadas (algunas se hacen duras) entre pequeños cerros que anticipan las grandes elevaciones, antes de llegar a Peones de Amaya. Desde aquí ya podemos vislumbrar la mole rocosa de Peña Amaya en el horizonte.
Una última subida nos deja en las calles de Amaya, donde hacemos una larga parada para dejar pasar las horas de máximo calor. Tras un buen descanso continuamos y nos adentramos en una de las partes más espectaculares del recorrido. Bordeamos Peones de Amaya. Peña Amaya dejando los vestigios arqueológicos sobre nuestras cabezas (si se dispone de tiempo no hay que dejar de ascender Peña Amaya) y seguimos el sendero Puentes de Amaya (PRC-BU 201).
Tras bordear Peña Amaya por su vertiente suroeste, nos adentramos por una pista que parece arreglada recientemente al valle del río Gallinas que nos lleva a las escasas ruinas aún visibles del pueblo abandonados de Puentes de Amaya.
La vegetación prácticamente ha devorado el pueblo, solo algunas paredes dispersas sepultadas por las zarzas y algunos muros de la iglesia son visibles. También se encuentra despejada la fuente subterránea. Tras recoger una buena cantidad de moras, deshacemos el camino que nos ha adentrado en el valle.
Ahora toca bordear la Peña de Albacastro hasta situarnos en su vertiente norte. Aquí rodamos por una pista ancha, polvorienta y algo aburrida hasta alcanzar el pueblo de Albacastro que apenas rozamos. La pista se vuelve más agradable a partir de esta localidad avanzando paralela al río Sauguillo.
Empezamos a ganar metros para salir del valle. La pendiente se intensifica a la altura de Valtierra de Albacastro, tras dejar atrás una fuente de aguas generosas (con una mesa, que aprovechamos para una última parada). Los últimos metros se hacen algo duros hasta alcanzar la carretera BU-V-6214 en El Collado (1.109 m).
Desde este punto ya no abandonamos la carretera. Nos dejamos caer para alcanzar las localidades de Rebolledo Traspeña y Fuenteodra. Frente a nosotros, una última estampa majestuosa de Peña Ulaña y a nuestra espalda el perfil de Peña Amaya. Sin apenas esfuerzo y disfrutando de las últimas pedaladas llegamos a Humada para poner fin a esta ruta por el corazón del Geoparque de Las Loras.
Recorrido
Información práctica
- Podéis encontrar el track en: https://es.wikiloc.com/rutas-cicloturismo/vuelta-a-pena-amaya-geoparque-las-loras-115189664#lb-embed
- Información sobre el Geoparque Las Loras: http://geoparquelasloras.es/
- Información sobre otroas geoparques en España: https://geoparques.es/
- Vestigios arqueológicos de la ruta:
- Rutas nuestras realizadas por la zona (o próximas):
- Hay numerosas rutas de bici por la zona gestionadas por el centro BTT de Villadiego y Amaya. Podéis localizar los recorridos en: http://geoparquelasloras.es/index.php/las-loras-en-bici/
- Pueblos abandonados visitados durante el recorrido:
Bibliografía
- Artículos:
- DE LA FUENTE FERNÁNDEZ-CEDRON, ÍÑIGO. Una relectura interpretativa a partir de la arqueología. Acta de las III Jornadas de Jóvenes investigadores del valle del Duero. Salamanca 2013. PP. 123-124