Cicloturismo en la Bretaña francesa

Datos de la ruta

  • Zona: norte de la Bretaña francesa.
  • Duración: 6 días.
  • Tipo de recorrido: circular.
  • Tipo de firme: transcurre por pequeñas carreteras con poco tráfico (algún tramo algo más transitado para algunos enlaces) y pistas muy buenas para la bici y el cicloturismo. Muy exigente físicamente por los kilómetros diarios realizados, pero sin ninguna complicación técnica.

Descripción

Por fin llegaron las vacaciones y por fin pudimos sacar unos días para hacer una escapada con nuestras bicis. Como no eran muchos los días de los que disponíamos nos decidimos a conocer una zona que llevábamos tiempo con ganas de visitar: la Bretaña francesa.

Para el recorrido hemos enlazado tramos de rutas señalizadas (en Bretaña existe una importante red de rutas cicloturistas), entre ellas hemos aprovechado el trazado de dos grandes trazados europeos:

  • Eurovelo 1 (La Vélodyssée): parte del trazado sobre el Canal de Nantes à Brest (entre Montertelot y Carhaix); y entre Carhaix y Morlaix.
  • Eurovelo 4: desde Morlaix a las proximidades de Dinard.

Seguiremos dos conocidos canales que cruzan la Bretaña francesa:

  • Canal de Nantes à Brest: este canal fue construido en el siglo XIX (las obras se iniciaron en 1811) cruza la Bretaña de este a oeste uniendo ambas localidades. Consta de 328 esclusas y tiene una longitud total de 364 km. Actualmente la navegación no es posible entre Carhaix y Pontivity debido a la construcción de la presa de Guerledan.
  • Canal d`îlle-et-Rance: une las ciudades de Rennes y Saint-Malo. Tiene una longitud total de 84 km. Las obras de este canal se iniciaron en 1804.

Bretaña y sus espectaculares paisajes desprende ese aroma a duende entre sus bosques húmedos y frondosos, esa magia de los cuentos que hace que cada pedalada se convierta en una auténtica delicia para los sentidos.

Día 1. Montertelot-Gouarec (105 km-350 m)

En la zona portuaria de Monterlote, nos recibe un día de cielo blanquecino. Frente a nosotros el tan ansiado Canal de Nantes à Brest que cruza gran parte de la Bretaña francesa. En su orilla, numerosos botes permanecen amarrados. Nos sorprende la gran cantidad de cicloturistas que circulan por el camino que acompaña al canal: familias enteras, personas jóvenes y mayores, cicloturistas con sus perros. Parece que nos hemos colado en el sueño del cicloturismo.

Echamos una última mirada a las alforjas y hacemos las últimas comprobaciones para no olvidar nada de lo necesario. Nos ponemos en ruta, algo tarde para variar, siguiendo las indicaciones del Eurovelo 1. Decidimos tomar dirección este-oeste y, en las primeras pedaladas, el aire ya parece advertirnos de que nos hemos equivocado de sentido. El canal es una delicia. Sin apenas desniveles nos permite avanzar a una velocidad más que adecuada.

Sin apenas darnos cuenta nos plantamos en la localidad de Josselin. A la entrada nos espera el impresionante Chateâu des Ducs de Rohan.

Chateâu des Ducs de Rohan. Josselin

Chateâu des Ducs de Rohan. Josselin

Pedaleamos más despacio para admirar esta orgullosa fortaleza de finales del siglo XV. Pero el Canal de Nantes à Brest nos espera. Retomamos el ritmo y volamos por el bien asfaltado comino que acompaña a las aguas del canal. Pasan tranquilos los primeros barcos recorriendo sus aguas y sus patronos nos saludan amistosos.

La vegetación de la Bretaña es exuberante, densa. De un verde tan intenso que embriaga. El sol asoma tímido y la temperatura sube, pero la frondosidad que nos rodea nos brinda sombra constante.

Canal de Nantes à Brest. Bretaña francesa

Canal de Nantes à Brest. Bretaña francesa

Los primeros kilómetros son de ligera, ligerísima subida. Cada esclusa nos invita a ascender unos pocos metros. Pero esta tendencia se modifica poco antes de llegar a la localidad de Pontivy. Aquí la corriente va en ligero descenso y esa pequeña pendiente nos facilita aún más el pedaleo. Aquí las esclusas se suceden cada pocos metros permitiendo salvar el desnivel a las embarcaciones. Una gran obra de ingeniería que el ferrocarril relegó al uso meramente recreativo.

Sistema de esclusas. Canal de Nantes à Brest

Sistema de esclusas. Canal de Nantes à Brest

Llegamos al primer cruce de caminos en Pontivy. En este punto son varias las vías cicloturistas que se dan cita. Aprovechamos la parada para acercarnos al Château de Pontivy (o Château des Rohan) que, construido entre los siglos XV y XVI, se alza en un pequeño promontorio sobre las calles de la ciudad. No se puede visitar, un cartel nos advierte de que está actualmente en obras, así que la parada es corta.

Retomamos las indicaciones del  Eurovelo 1. Ahora nuestra dirección cambia, en este tramo nos dirigimos de manera decidida hacia el norte. Hasta que las aguas de la presa de Guerledan, al igual que a las embarcaciones, nos impiden el paso. Aquí nuestra ruta se desvía de las tranquilas aguas del c y no encontramos con una de las pocas pendientes fuertes de esta primera jornada. Ascendemos unos pocos metros hasta alcanzar la vía verde en Mûr-de-Bretagne.

Una vez que alcanzamos altura, la vía verde, con su perfecto trazado escoltado por frondoso árboles, nos lleva a media ladera sobre las aguas de la presa de Guerledan. Durante algunos kilómetros el trazado de la vía verde y del  Eurovelo 1 coinciden, pero cuando sobrepasamos la presa y las pequeñas montañas que la rodean se presentan dos opciones: o seguir por la vía verde hasta Carhaix; o seguir por el Eurovelo 1 que nos devuelve a las aguas del Canal de Nantes à Brest.

La tarde se nos echa encima a la altura de la Abadía cisterciense de Bon-Repos. Apenas nos detenemos para admirar su esqueleto. Ha llegado la hora de buscar acomodo, y lo encontramos en el camping municipal de la población de Gouarec situado en la misma orilla del canal.

Día 2. Gouarec-Bois de la Roche (105 km-630 m)

Empezamos el día como deberían empezar todos los días: con un buen café y un pain au chocolat en una boulangerie situada en el pueblo de Gouarec. Intercambiamos algunas palabras con otro cicloturista que se dirige a Brest y, tras llenar el estómago de calorías para el día, retomamos el camino.

Seguimos por el itinerario marcado por el  Eurovelo 1. Los primeros kilómetros seguimos por el idílico Canal de Nantes à Brest. El canal, domado por las esclusas, se expande en pequeños ensanchamientos que crean rincones de una belleza difícil de describir. En uno de estos rincones nos encontramos con la coqueta capilla de Notre Dame de Pitié construida a finales del siglo XV.

Chapelle de Notre Dame de Pitié. Mellionnec

Chapelle de Notre Dame de Pitié

Por el camino alguna tormenta nos sorprende y buscamos cobijo bajo los frondosos árboles que escoltan el canal. No dejan de ser tormentas pasajeras, pero de gran intensidad. Llevamos dos días llaneando y empieza a hacerse monótona la falta de algún quiebro en el relieve.

Muchos cicloturistas prosiguen el Canal de Nantes à Brest hasta la localidad de Brest recorriendo gran parte del centro de la Bretaña. En nuestro caso no llegamos al final. Nos desviamos del cómodo trazado para dirigirnos hacia el norte, nuestra primera parada: Carhaix. En esta localidad nos unimos a una vía verde que une las localidades de Carhaix y Morlaix.

El recorrido es cómodo, casi tan llano como el que hemos dejado atrás. El trazado de las vías del ferrocarril son perfectamente reconocibles y el túnel, formado por la vegetación, simula las infraestructuras ferroviarias.

Vía verde Carhaix-Morlaix. Bretaña francesa

Vía verde Carhaix-Morlaix

En esta vía verde nos encontramos con una de esas imágenes de la Bretaña: una caravana de carros de lo más pintoresco tirados por caballos percherones. Los colores chillones y la decoración en su conjunto nos hacen retrotraernos a las imágenes de los gitanos que se movían por Europa. Los caballos parecen asustarse con las bicis, nos detenemos y les cedemos el paso (los carromatos ocupan todo el ancho de la pista).

Llegamos a Morlaix relativamente temprano. Las indicaciones no llevan directamente a la zona portuaria. Allí nos encontramos con un subway que nos retrotrae a nuestro viaje cicloturista por Terranova (¡¡qué recuerdos tan estupendos!!) y para rememorarlo mejor nos damos un homenaje. Al terminar preguntamos por un camping pero nadie parece saber, en el país de los camping, dónde hay uno. Decidimos perdernos un poco por las carreterillas que rodean la ciudad y, por pura casualidad, localizamos un pequeño camping en Bois-de-la-Roche, donde damos por finalizada la larga jornada de hoy.

Día 3. Bois de la Roche-Lézardrieux (95 km-1050 m)

Hoy sí se levanta feo el día. Gris y húmedo. Ha estado lloviendo gran parte de la noche y todo huele a humedad, incluyendo nuestra ropa. Salimos del camping por carreteras secundarias, pero pronto nos vemos obligados a unirnos a una arteria principal con bastante tráfico (D786) que dispara los niveles de ansiedad. En Lanmeur optamos por vías menos concurridas (aunque todavía nos toparemos con algún tramo de fuerte tráfico).

Por fin en Plestin-les-Greves localizamos un bonito camino indicado para bicicletas donde nos sorprende una importante tormenta. Nos refugiamos bajo las inmensas copas de los árboles durante unos largos minutos mientras aprovechamos para saborear los maravillosos dulces franceses. La tormenta pasa igual de repentina que llegó. El camino nos lleva directamente a la playa de Saint-Efflam y a las indicaciones del Eurovelo 4.

Costa en Saint-Efflam. Bretaña

Costa en Saint-Efflam

El final de la playa representa el final del camino tranquilo y suave que hemos seguido hasta el momento. Nos desviamos hacia el interior siguiendo las indicaciones del Eurovelo 4. Empezamos a subir. Atrás quedan las pistas de tierras y los caminos llanos. Ahora seguimos asfalto, por carreteras sin apenas tráfico, pero en continua subida.

La llegada a Lannion resulta algo caótica. Perdemos las indicaciones del Eurovelo 4. Pero, como se suele decir, no hay mal que por bien no venga, y terminamos en un centro comercial donde podemos comprar una bomba que, sin saber dónde ni cómo, hemos perdido por el camino el día anterior y nos tenía algo estresados ante la posibilidad de un eventual pinchazo.

Retomamos las indicaciones del Eurovelo 4 en las proximidades de la Iglesia de la Trinité de Brélévenez. Las indicaciones nos llevan a dar un par de vueltas y casi a volver sobre nuestros pasos. Decidimos dejarlas de lado y proseguir por carretera hasta retomar las indicaciones del Eurovelo 4. Llegamos a la populosa Ploumanach, con su preciosa bahía llena de barcos y un sol resplandeciente.

Bahía de Ploumanach. Bretaña

Bahía de Ploumanach

El camino se convierte en un continuo vaivén, a cada subida le sigue una bajada que nos hace perder toda la altura ganada. Vamos visitando las calas y playas de la costa de Bretaña, pero es un auténtico rompepiernas. En nuestro camino nos encontramos con algunos cicloturistas (hay de todo: familias, mayores con bicicletas eléctricas, etc.), en algunos puntos compartimos algún comentario (en nuestro medio francés) debido a que perdemos las indicaciones.

En Louannec nos pensamos quedarnos en el camping municipal debido a sus magníficas vistas, pero es temprano y queremos avanzar más. Retomamos las estrechas carreteras entre casas y nos alejamos de la urbe. El camino gira y vuelve a girar, siempre por carreteras pequeñas, hasta toparnos con un bonito lago donde algunas personas pasan la tarde pescando.

Aquí el Eurovelo 4 realiza un giro algo brusco para internarse en un bosque donde se pierden las señales y con una subida final corta pero dura. Pero el bosque no es más que una pequeña masa inconexa. Al salir, volvemos a retomar los mismos paisajes: carreteras que no pasan de ser pistas asfaltadas y giros continuos para evitar las vías más transitadas.

Pasamos cerca de algunas poblaciones que ignoramos, como es el caso de Penvénan. Sin embargo el camino también permite disfrutar de algunas localidades «muy francesas» como es el caso de Tréguier.

Pont Saint FranÇois. Tréguier

Pont Saint FranÇois. Tréguier

La tarde se echa encima. Las piernas empiezan a acusar el cansancio de tanta subida y bajada. Tras algunos kilómetros más, en Lezardrieux, paramos en una boulangerie y preguntamos por un camping. Seguimos sus indicaciones y decidimos dar por finalizada la jornada en el camping municipal de la localidad.

Día 4. Lézardrieux-Camping municipal de Planguenoual (98,5 km-1650 m)

Nos levantamos casi simultáneamente a una familia que parece estar siguiendo nuestro mismo recorrido. Las voces de las hijas (bastante pequeñas) nos acompañan durante el desayuno. Atravesamos Paimpol y bordeamos la playa de Cruckin. El mar se ve a lo lejos, esa es una de las curiosidades de esta parte del mundo: los impresionantes cambios en el nivel del mar.

El camino nos lleva hasta la Abadía de Beauport. Este edificio, cuya construcción se remonta al siglo XII, no es más que un esqueleto de lo que fue y, aún así, impresiona. Rodeada de unos bonitos jardines, todo es tranquilidad en este bonito rincón de la Bretaña francesa.

Abadía de Beauport

Abadía de Beauport

Aquí nos damos una vuelta vuelta al perder totalmente las indicaciones del Eurovelo 4. Al no localizarlas, decidimos salir a una carretera principal D786 y unos cientos de metros después nos reencontramos con las indicaciones perdidas que rápidamente nos sacan de la transitada carretera. Durante bastantes kilómetros avanzamos entre casas bien alineadas y distribuidas.

El viento parece aumentar por momentos, lo que se hace evidente en Minard al virar en dirección norte por una carretera diminuta y encontrarnos con un endemoniado viento en contra. Avanzamos con dificultad, el rugir del aire entre las roscas apenas deja pasar el ruido de fondo generado por el mar contra las rocas. Todos los elementos en lucha.

Costa bretona

Costa bretona

Caen las primeras gotas. El cielo gris aparece amenazante, aún así dedicamos algunos minutos a disfrutar del paisaje y aprovechamos para reponer algunas fuerzas. Bordeamos la costa de Bretaña y eso se traduce en continuas subidas y bajadas. Cada descenso nos deja a las puertas de alguna pequeña playa. No nos acercamos a todas, pero si a alguna de ellas para oler de cerca el mar y escuchar sus olas.

Nos acercamos a la playa de Saint-Marc con un aire que casi duele. La marea baja ha dejado algunos de los barcos apoyados sobre sus panzas, varados en medio de la playa (una imagen que se repetirá en numerosos puntos de la costa). Tomamos algún otro bocado y nos movilizamos para enfrentarnos de nuevo a los fuertes desniveles de esta costa.

playa de Saint-Marc

playa de Saint-Marc

Retomamos el Eurovelo 4 e iniciamos el tobogán. Sin alejarnos de la costa, empezamos a serpentear entre casas. En la playa du Potrieux nos encontramos, de nuevo, con el espectáculo de ver todos los barcos recostados sobre la arena. Tras esta imagen nos enfrentamos de nuevo a las fuertes pendientes que coletean entre lo que parecen urbanizaciones.

En este tramo pasamos algunas localidades de mayores dimensiones como Pordic o Plérin. Entre estas dos localidades seguimos algún tramo de lo que se insinúa como una antigua vía de ferrocarril. El paso por el parfond de Gouët parece confirmarlo y un cartel informativo termina por disipar cualquier duda al respecto.

Parfond de Gouët

Parfond de Gouët

El tiempo se nos echa encima, apretamos el ritmo. En St. Brieuc, tras salvar el obstáculo de la rama de agua que conforma el puerto, nos enfrentamos a la pendiente más dura: la subida a Cesson. Como viene siendo habitual en este camino, tras cada subida viene una bajada y nos adentramos en la reserva natural de la Bahía de St. Brieuc y lo hacemos siguiendo lo que parece una vía verde (en este tramo nos desviamos de las indicaciones de Eurovelo 4).

Bordeamos la bahía siguiendo pequeños pueblos: Les Grèves, Hillion, Morieux… La noche se nos echa encima y con las últimas luces del día encontramos las indicaciones de un camping. Nos dirigimos hacia allí sin dudar y cerca de Contentin damos por concluida esta larga y dura etapa.

Día 5. Camping municipal de Planguenoual-Tinténiac (109 km-900 m)

El día amanece grisáceo y algo desapacible. Por contra, la temperatura es ideal para pedalear y el aire ha remitido considerablemente en comparación con el día anterior. Salimos del camping y a los pocos kilómetros nos encontramos con el primer descenso a la playa de Le Port Morvan.

Playa Le Port Morvan

Playa Le Port Morvan

E iniciamos el sube-baja de rigor. Ascendemos algunos metros para volver a perderlos casi al momento para descender de nuevo hasta la línea de costa. En este tramo, encontramos importantes poblaciones con gran concentración de población (mucho relacionado con las vacaciones) y rodeados de tierras de cultivo. Algunas de estas localidades costeras son Pléneuf-Val-André o Erquy.

Combinamos largos tramos asfaltados con algunos kilómetros, pocos, por buenas pistas e incluso algún pequeño tramo en el que atravesamos residuales concentraciones de vegetación. Densas y húmedas dejan entrever la vegetación original de la zona, apenas hoy perceptible entre tanto cultivo.

Serpenteamos entre densas urbanizaciones que jalonan la costa norte de Bretaña. A la altura de la Playa de la Grève d’en Bas iniciamos el ascenso decidido hacia el Cap Fréhel.

Playa de la Grève d'en Bas

Playa de la Grève d’en Bas

Sin embargo, no llegamos hasta el Cap Fréhel que se queda en la lejanía son su faro recortado contra el horizonte lluvioso. Nuestra ruta gira hacia Plévenon para recorrer la sinuosa silueta de la costa bretona inundada de brezo en flor, un suelo teñido de tonos morados y azotado por los fuertes vientos de la Bretaña.

En Trécelin volvemos a ontactar con la costa. Perdemos altura y aprovechamos para recargar las pilas antes de continuar. Disfrutamos de las hermosas vistas que nos encontramos en Port À Laduc. Recorremos los últimos kilómetros sobre el Eurovelo 4 siguiendo la poblada costa norte.

En las proximidades de Trégon nos despedimos del Eurovelo 4 y decidimos seguir otras indicaciones con la intención de unirnos al Canal d’îlle et Rance. Nos desviamos por carreteras secundarias en dirección sur. Al llegar a Plessix-Balisson vemos un cartel de rutas cicloturistas en la zona y, para nuestro pesar, somos conscientes de que la ruta que hemos seguido no nos lleva al punto deseado. Decidimos, ante la falta de ninguna ruta cicloturista evidente, seguir las carreteras que, pasando por Languenan, se dirige a la ciudad de Dinan.

Las carreteras son tranquilas, con alguna mínima subida, llegamos a la ciudad medieval de Dinan. Sus orígenes se remontan al siglo XI y así lo demuestran su castillo (del siglo XIV) y sus retorcidas calles.

Calles de Dinan

Calles de Dinan

Desde sus estrechas calles (y su asfixiante tráfico) descendemos hasta enlazar con el Canal d’îlle et Rance. Dejamos la costa atrás e iniciamos el llaneo de los primeros días. Retomamos las ciudades alimentadas por el canal, con ejemplos merecedores de una parada como es el caso de Léhon donde nos espera la abadía de Saint-Magloire de Léhon (fundada en el siglo XI).

El canal Canal d’îlle et Rance no sorprende, pero nos mece con la suavidad que caracteriza a estos tramos sosegados y bellos de aguas tranquilas. Llegamos a Evran, decidimos continuar. Atravesamos Saint-Domineuc y continuamos. Llegamos a Tinténiac con un bonito atardecer. Decidimos quedarnos al ver las indicaciones del camping municipal situado junto a la orilla del Canal d’îlle et Rance. Un excelente final de etapa.

Día 6. Tinténiac-Montertelot (155 km-430 m)

Iniciamos el día con la tranquilidad del día anterior y siguiendo las aguas del Canal d’îlle et Rance, otro de los grandes canales que atraviesan la Bretaña en esta ocasión de norte a sur. Rodeados por el rumor del agua en su recorrido, el suspiro de las hojas y la espesa vegetación que nos rodea.

 Canal d'îlle et Rance

Canal d’îlle et Rance

Desde Tinténiac al canal pierde la belleza encajonada de los primeros kilómetros para discurrir por espacios más abiertos que nos trae a la cabeza el recuerdo del Canal del Midi. Entre esclusas, ligeras subidas y alguna que otra bajada, el canal nos lleva hasta la populosa ciudad de Rennes. Aprovechamos para comer, para comprar. Ahora toca enlazar con el siguiente tramo: La Vilaine. El camino está indicado, seguimos la ruta cicloturista V2.

A la salida de Rennes perdemos las indicaciones y posteriormente vemos indicaciones confusas. Nos empeñamos en ir por el lado contrario al que deberíamo. Finalmente, nos vemos en medio de un polígono industrial circulando por una atestada carretera (N24) para poder enlazar con el canal a la altura de los Etang des Noes Cherel (aquí aconsejamos encarecidamente cambiar de margen y poco antes del estadio de fútbol, atravesar por el puente peatonal y seguir el camino que sigue por el margen contrario).

A partir de este punto el recorrido no presenta la más mínima dificultad. Algunos edificios ponen de manifiesto el intenso uso de estas aguas, como es el Moulin de Boël (edificio construido en el siglo XVI).

Moulin de Boël

Moulin de Boël

Continuamos sin ningún sobresalto hasta la localidad de Guipry donde, con bastante tiento, enlazamos con una vía verde que se dirige hacia el oeste (hay que ir con cuidado porque desde la pista que traemos no se indica esta vía verde). Aquí las piernas ya llevan unos cuantos kilómetros y las mínimas cuestas que nos encontramos nos cosquillean los músculos. En este tramo son numerosas las antiguas estaciones, muchas ahora reconvertidas en viviendas, que marcan el trazado.

Vía verde desde Guipry

Vía verde desde Guipry

La noche se nos echa encima y una lluvia tímida nos hace acelerar. Atravesamos las preciosas tierras de la Landes de Monteneuf, tierra de megalitos y leyendas. Pero, debido a las horas, no nos podemos permitir disfrutar de estos paisajes y estas promesas de menhires y megalitos escondidos entre las densidades arbóreas.

Los últimos kilómetros los hacemos entre tinieblas. A nuestra llegada a Ploërmel, abandonamos la vía verde provistos de unas buenas luces, para enlazar con el punto de salida. Agotados tras esta larga jornada, llegamos a la localidad de Montertelot donde finaliza nuestro viaje por la Bretaña francesa. Un lugar, sin duda, ideal para el cicloturismo y los grandes recorridos.

Recorrido

Powered by Wikiloc

Información práctica

  • El track de esta ruta lo podéis encontrar en:
  • Hay una página excelente que recoge numerosa rutas de cicloturismo señalizadas, incluidas las de la Bretaña (incluidos los tracks correspondientes como el EV 1 y EV 4): https://www.francevelotourisme.com/
  • Mapa: Voies vertes et Véloroutes de France. IGN. 1: 1.000.000.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.