Datos de la ruta
- Zona: Sierra de la Culebra
- Duración: 3 días
- Tipo de recorrido: circular
- Tipo de firme: pistas bastante pedregosas (especialmente el último tramo de llegada a Sandín en la última jornada). En cuanto a la señalización depende de los tramos aunque hay varios puntos dudosos, por lo que es recomendable llevar el track ya que algún tramo no es fácil de seguir. Es ciclable casi todo el recorrido, solo encontraremos algún problema en algunos tramos muy concretos (concentrados en la primera jornada):
- Día 1. Sandín-Tábara:
- Cortafuegos tras salvar las aguas del embalse de Valparaíso. Desvío en torno al kilómetro 10 de la carretera ZA-P-2639. Evitable por carretera hasta Villardeciervos.
- Cortafuegos para salvar el collado (1041 m) que permite pasar al valle donde se encuentra Ferrera de Arriba. La única forma de evitarlo sería hacer bastantes kilómetros por carretera por la N-631 y posteriormente por la ZA-V-2637.
- Corto tramo de cortafuegos pasado Ferreras de Abajo para tomar pistas muy perdidas paralelas a la N-631.
- Día 3. Linarejos-Sandín
- Salida de Rihonor de Castilla, un tramo muy corto pero de fuerte pendiente para alejarnos del cauce del río.
- Día 1. Sandín-Tábara:
Descripción
La Sierra de la Culebra se sitúa al noroeste de la provincia de Zamora. La Sierra de la Culebra y se caracteriza por sus perfiles redondeados frente a las altas cumbres de Sanabria que delimitan las provincias de Zamora y Orense. Pero si por algo es conocida la Sierra de la Culebra es por haberse convertido en un emblema de la lucha conservacionista del lobo ibérico que encontró en esta ondulada sierra uno de sus refugios en los momentos más críticos. Actualmente la Sierra de la Culebra presenta una de las mayores densidades de esta especie en la Península Ibérica.
En medio de este extenso territorio, en general poco poblado y solitario, encontramos numerosos caminos. Entre ellos, una red de rutas cicloturistas señalizadas con longitudes y dificultades diversas. En nuestro caso nos hemos decantado por un recorrido que nos permitirá circunvalar la Sierra de la Culebra, donde las poblaciones de Tábara y Puebla de Sanabria marcarán sus extremos. En total 210 kilómetros de pistas que nos adentrarán en este hermoso rincón del noroeste peninsular.
La ruta la localizamos por casualidad en una de nuestras visitas a esta zona (en una ruta de un día). En uno de los pueblos nos encontramos con un cártel y a partir de ahí inició el proceso de búsqueda. Como resultado, un par de años después, nos acercamos de nuevo a esta Sierra de la Culebra, esta vez para recorrerla como más nos gusta: con calma y con la casa a cuestas.
Día 1. Sandín-Tábara (66,5 km-900m+)
Iniciamos nuestra ruta en la pequeña localidad de Sandín por cuestiones logísticas, en la vertiente norte de la Sierra de la Culebra, junto a las aguas del embalse de Cernadilla. Los primeros minutos de ruta transcurren por la tranquila carretera ZA-P-2639, aunque no tardamos en desviarnos por una pista de buen firme que nos lleva hasta Manzanal de Arriba. Desde esta población nos volvemos a desviar por pista para llegar a Sagallos donde se sitúa el Centro de Interpretación de la Miel.
A la salida del pueblo, el camino se desvía por una zona de ganadera y nos encontramos el primero, de los numerosos, cercados de ganado. La senda, poco definida y algo confusa, avanza paralela a la carretera ZA-P-2639. Para nuestra sorpresa el cercado no tiene salida lo que nos obliga a sortearlo como mejor podemos antes de unirnos de nuevo a la carretera. Nos separamos del asfalto para superar el arroyo de las Lineras del Valle antes de entrar en la población de Codesal.
Desde Codesal tomamos el camino de Valparaíso para, rodeados de encinares, aproximarnos al embalse de Valparaíso que forman las aguas del río Tera a su paso por la Sierra de la Culebra. Superamos una de las colas del embalse por pistas pedregosas para iniciar la subida, por el camino de Piedrafita, hacia Cional. Tras superar las aguas del embalse por carretera, nos volvemos a desviar, pero no por mucho tiempo.
A 100 metros de tocar de nuevo el asfalto, el camino se vuelve a desviar por un empinado cortafuegos que pone a prueba nuestras piernas. No es un tramo muy largo, pero la inclinación y el mal firme puede obligar a echar el pie a tierra. No tardamos en alcanzar una pista que avanza horizontal por la ladera de la Peña del Castro (1033 m) hasta alcanzar Villardeciervos.
Desde Villardeciervos la carretera ZA-P-2639 se aleja. Ahora es la carretera ZA-V-2638 con la que jugueteamos intentando evitar su feo asfalto. No llegamos a pisar las calles de Villanueva de Valrojo, ya que poco antes giramos de manera decidida hacia el sur. Empezamos a ganar altura siguiendo el regato Vega de los Prados. La inclinación se va acentuando hasta alcanzar un cortafuegos. Aquí, debido al mal firme, nos vemos obligados a empujar las bicis para salvar el collado a 1041 m que nos permite pasar a la vertiente contraria y dejarnos caer hasta Ferreras de Arriba.
Desde Ferreras de Arriba, rodamos paralelos al río Castrón y a la carretera ZA-P-1407 que atravesamos para seguir paralelos al asfalto por pistas pedregosas hasta llegar a las afueras de Ferreras de Abajo. Empezamos a girar hacia el sureste hacia las estribaciones finales de la Sierra de la Culebra, evitando las últimas elevaciones. No situamos paralelos a la N-631. Un cortafuegos nos obliga a echar de nuevo el pie a tierra en un corto tramo para luego descender por una senda perdida entre jaras y brezo que apenas permiten ver el firme de la pista.
Las pistas perdidas dan paso a buenos caminos. La bonita área recreativa de la fuente de Marquesa nos da la bienvenida a la entrada de Tábara, nuestro destino para el día de hoy. Estamos en las estribaciones orientales de la Sierra de la Culebra, mañana nos tocará subir. Pero eso ya lo dejamos para la siguiente jornada, ahora toca descansar.
Día 2. Tábara-Linarejos (81,5 km-1150m+)
Dejamos atrás Tábara por pista para atravesar la carretera ZA-902 y tomar el camino de Moratones. Empezamos a subir, en un primer momento por una pendiente suave y cómoda. A medida que nos acercamos a las primeras ondulaciones, la pendiente se agudiza y las pistas se vuelven pedregosas. Alcanzamos la portilla de Moratones (839 m) para dejarnos caer hacia el precioso valle que surca el arroyo de Moratones. No llegamos a entrar en Escober de Tábara que dejamos a nuestra derecha. Vamos sorteando las pequeñas colinas que nos rodean para entrar en Sesnández de Tábara por el norte.
Abandonamos el pueblo por la carretera ZA-P-2434, pero no tardamos en desviarnos por una pista que transcurre paralela evitando el asfalto. Las pistas parecen poco transitadas y, en algunos puntos, casi perdidas bajo las hierbas secas. Las pistas se pierden un poco más cuando empezamos a pedalear paralelos al arroyo de Moratones siguiendo el camino de los Molinos. Las señales se dispersan y apenas son visibles. En algún punto tenemos dudas y nos toca volver sobre nuestros pasos para retomar el camino marcado. Finalmente conseguimos retomarlo tras varios minutos de dudas y seguir caminos equivocados. Al acercarnos a las vías del tren volvemos a tener un momento de duda ya que el camino señalizado se introduce entre arbustos evitando una pista en mejor estado que transcurre paralela y que finalmente tomamos.
Superamos la ribera de Riofrío, donde se sitúa un área recreativa rodeada de una espesa arboleda. Un pequeña subida nos permite llegar a Serracín de Aliste, donde hacemos un pequeño descanso.
Dejamos la población por una pista que nos lleva a la carretera ZA-P-2434 que seguimos durante unos tres kilómetros. Hay que estar atentos porque el desvío apenas es visible, ni las indicaciones tampoco. El camino que permite superar la vía del tren apenas existe entre los matorrales y las zarzas. Al otro lado nos espera una pista disfrutona que discurre paralela a la vía del tren por la vertiente sur de la Sierra de la Culebra. Llegamos a Cabañas de Aliste y proseguimos sin desviarnos de las proximidades de la vía del tren.
Un par de perros nos salen al paso junto a un buen rebaño de ovejas. Nos paramos unos minutos a hablar con el pastor que tiene ganas de conversación. Este tramo se caracteriza por los espesos pinares, por lo que hemos leído de repoblación, que delimitan nuestro camino a nuestra derecha, ya que a nuestra izquierda nos acompañan durante varios kilómetros las omnipresentes vías férreas.
Tras superar las vías por un paso subterráneo, tomamos la cañada del Cumbre para llegar a la siguiente población: Mahide. Entre Mahide y Figueruela de Arriba apenas abandonamos el asfalto de la solitaria carretera ZA-P-2438 que coincide con el trazado de la vereda de Maldones.
A partir de aquí empezamos a subir. Primero siguiendo el camino de la Portilla de Valleance y, tras atravesar la carretera ZA-L-2457, por el camino de la Portilla que gana metros para darnos una amplia perspectiva de la Sierra de la Culebra. Un fuerte descenso nos deja en la carretera ZA-L-2457 que transcurre paralelo al río Manzanas. Nos desviamos por pista para entrar en la localida del mismo nombre: Riomanzanas. Aquí hacemos una breve parada antes de continuar y adentrarnos en la parte más agreste de la Sierra de la Culebra.
Al dejar atrás Riomanzanas, empezamos una fuerte subida por el camino de Riomanzanas que nos lleva hasta los 820 m ed altitud. Entre pinos ascendemos y descendemos acumulando desnivel. Nos acercamos a las calles de Santa Cruz de los Cuérragos y sus casas encaramadas en la ladera de Peña Pedrizona sin llegar a entrar. Nuestro ascenso prosigue sorprendidos por la densa sombra de los castaños.
Desembocamos en la estrecha carretera ZA-L-2674 que, en un par de kilómetros, nos deja en las silenciosas calles Linarejos donde nos espera un merecido descanso para reponer fuerzas para enfrentarnos a la última jornada.
Día 3. Linarejos-Sandín (65,5 km-1200m+)
Dejamos Linarejos en una mañana soleada y fría. Tomamos la carretera ZA-P-1606 para abandonarla entre jaras por el cordel de las Merinas que vuelve a coincidir con el firme de la carretera a los pocos metros. La carretera está llena de boquetes y apenas se ve el asfalto, pero con las bicis resulta cómoda y de pendiente moderada.
Estamos muy altos, en el corazón de la Sierra de la Culebra, y la soledad es absoluta. Tras varios kilómetros de cómodo avance, abandonamos la pseudocarretera por una pista que inicia el descenso hacia la población de Rihonor de Castilla, a la que llegamos tras perder 200 metros de altitud. Esta población tiene como curiosidad que la mitad está dentro de la frontera española, con el nombre de Rihonor de Castilla, y la otra mitad pertenece a Portugal, con el nombre de Rio de Onor. Merece la pena deambular un poco por las calles empedradas de la localidad.
La ruta sale de la Rihonor de Castilla por una fuerte pendiente y penetra en tierras portuguesas por unos metros apareciendo los inevitables adoquines portugueses que tanto torturaron nuestras posaderas en el Camino Torres. Para poder alejarnos de la ribera del río de Onor es necesario superar un fuerte desnivel hasta alcanzar el alto do Cabeco Gordo (869 m). Proseguimos por el camino de Malladichas con numerosos castaños sin dejar de ascender hasta alcanzar Santa Cruz de Abranes pasando al lado de la fuente de Vallina.
La salida de Santa Cruz de Abranes la realizamos por asfalto siguiendo la carretera ZA-L-2675 que, tras una fuerte subida, nos deja en la carretera ZA-925. Aquí nos toca subir de nuevo por carretera para desviarnos en el punto más elevado por una pista que discurre por las elevaciones de la sierra de la Atalaya. Nos encontramos en las estribaciones occidentales de la Sierra de la Culebra.
Descendemos por fuertes y pedregosas pendientes hasta Pedralba de la Pradera. Pero nuestro descenso aún no ha finalizado, seguimos perdiendo altura hasta atravesar las vías del tren. Aquí volvemos a tener un momento de duda. El track nos indica que el camino sigue por una zona vallada para ganado, no vemos señales y decidimos seguir por la pista bien marcada que desciende de nuevo a la carretera (este es el único punto donde creemos que no hemos sido fieles al recorrido marcado) que nos deja en unos minutos en la turística Puebla de Sanabria.
En Puebla de Sanabria apenas paramos unos minutos, lo necesario para reponer fuerzas. El exceso de gente, tras tantos días de soledad, nos resulta agobiante. Salimos de la localidad por la zona sur, para tomar un camino en mal estado que, paralelo a las vías del tren, nos lleva hasta el trazado de la carretera ZA-921. Ya por asfalto llegamos hasta Ungilde.
La salida del pueblo la realizamos por la carretera ZA-P-1606 para separarnos del asfalto para tomar la cañada Sanabresa. Volvemos al asfalto para salvar las aguas del arroyo de Rita el Cuervo por el puente Truchas. No tardamos en separarnos de nuevo para tomar el camino de Rihonor de Castilla a Sandín. Entre los colores otoñales, llegamos hasta el apeadero de Robledo de Sanabria. Un gran edificio adormilado entre la arboleda que, sin duda, vivió tiempo mejores.
Desde este punto el camino se complica algo. Se vuelve muy pedregoso lo que hace difícil y cansado avanzar incluso en llano. Bordeando por el sur el embalse de Cernadilla, toca enfrentarse a cotninuas subidas y bajadas, no muy largas, pero que hacen de estos últimos kilómetros un tramo agotador. Entre piedras y espesas arboledas, llegamos a las afueras de Sandín, donde hace dos días iniciamos este precioso recorrido por la Sierra de la Culebra. Solo nos queda adentrarnos en las calles de este diminuto pueblo para llegar hasta el punto de salida.
Recorrido
Información práctica
- Podéis encontrar el track en: https://es.wikiloc.com/rutas-cicloturismo/sierra-de-la-culebra-87328839#lb-embed
- El plano de la ruta (pdf) lo podéis localizar en dos enlaces:
- Hay algunos centro de interpretación interesantes para visitar en la zona:
- Rutas realizadas por nosotros en la zona:
Buena ruta, la acabo de realizar en cuatro días, en Semana Santa comenzando en Tábara.
Faltan varias señales en cruces importantes y los mastines me has causado algunos problemas.
Linarejos, San Pedro de las herrerías, Santa Cruz de Cuerragos o Riodonor son algunos sitios encantadores por los que pasa la ruta.
Algunos otros tramos se hacen pesados, con mucha piedra suelta pero en general merece la pena.
Cuando estuvimos nosotros ya faltaban algunas indicaciones. Pero no tuvimos problemas con mastines (aunque es algo bastante habitual en cuanto te metes por lugares con ganado).
Nos alegramos de que te haya gustado. Es una zona poco concurrida y con rincones tranquilos y bonitos.