Llega la primavera y ha traído, por fin, algo que hace tiempo veníamos echando de menos: la lluvia, uno de los peores enemigos para el ciclista. ¿Quién no ha sentido que el calor le abandonaba tras una buena empapada? Habrá que consolarse pensando que estas copiosas lluvias nos harán disfrutar de rutas más floridas en los próximos meses.
Vamos a intentar daros algunos consejos para, en la medida de lo posible, intentemos salir bien parados de este enfrentamiento titánico, para que el agua no nos amargue ninguna jornada de nuestro viaje.
Entre las medidas a adoptar en caso de lluvia podemos distinguir dos grandes bloques:
- Medidas a adoptar respecto al equipaje.
- Medidas en cuanto a la indumentaria.
Cómo mantener seco el equipaje frente a la lluvia
Nosotros actualmente llevamos unas alforjas estancas (las nuestras son unas alforjas ortilieb aunque hay otras marcas disponibles en el mercado) que son una maravilla. Llevamos tanto las traseras como la bolsa de manillar. Este tipo de alforjas presentan muchas ventajas:
- Son totalmente estancas. Esto es más importante de lo que parece, no es que aguanten el agua de lluvia, es que las puedes meter en un río y no se cuela nada de agua (siempre que estén bien cerradas)
- No hay que estar parando para proteger el equipaje cuando se pone a llover.
- Disponen de material reflectante.
Aunque las ventajas con muchas también tiene alguna desventaja, la principal:
- El precio.
Y no es una desventaja menor. El precio a veces resulta prohibitivo. Nosotros durante mucho tiempo viajamos con alforjas de cordura y, por supuesto, no eran estancas. Tuvimos que buscarnos la vida para intentar mantener seco lo que llevábamos. Como siempre, improvisamos. En estos casos, ante una lluvia persistente generalmente se termina mojando el interior, pero también hay trucos para los bajos presupuestos:
- Usar cubremochilas para cubrir las alforjas: hay que intentar que ajusten lo máximo posible porque sino se termina formando una bolsa de agua en la parte baja del cubremochilas y termina por calar.
- Guardar todo el contenido en bolsas de plástico: de esta forma, aunque la alforja cale, las cosas del interior (ropa, zapatos, etc.) permanecerán secos, quizá algo húmedos, pero secos. Nosotros hemos mantenido la costumbre incluso al pasarnos a las estancas, porque en caso de tener que abrir las alforjas cuando llueve no se moja el interior.
Cómo mantenernos secos frente a la lluvia
La lluvia es un gran conductor del calor, provocando la aceleración en la pérdida de calor corporal, por ello es muy importante que, aunque estemos mojados, podamos permanecer calientes. Esto implica que se opte por equipamiento que cumpla:
- Impermeabilidad. Pero hay que tener en cuenta que esto es relativo porque hay que llegar a una situación de compromiso entre la transpirabilidad y la impermeabilidad. Lo que implica que si estamos un día entero bajo el agua no hay equipamiento que lo aguante, de ahí la importancia del segundo consejo;
- Prendas que calienten a pesar de estar mojadas. En la actualidad hay numerosos tejidos que, a pesar de mojarse, mantienen el calor lo que evitará las peligrosas hipotermias.
También hay que tener en cuenta que hay partes del cuerpo por las que se pierde mucho más calor (como es el caso de la cabeza y extremidades) por ello son estas partes las que mejor hay que proteger para evitar problemas.
Cómo proteger el cuerpo
Empecemos por lo que desaconsejamos, según nuestra propia experiencia: el poncho impermeable. Es una muy buen opción para cuando las caminatas, pero sobre la bici tiene un par de efectos bastante negativos: hace de vela (es decir, ofrece mucha resistencia al avance) y, al ser tan amplio, es difícil de ajustar lo que se termina traduciendo en que la lluvia termina por encontrar cómo colarse. Eso sin mencionar que, en el caso de vientos fuertes, hemos sufrido la rotura de un poncho.
Lo mejor es contar con dos piezas:
- Chubasquero impermeable. Los hay de todos los tipos y precios, e nuestro caso utilizamos un chubasquero de montaña de gore tex. A más precio, en líneas generales, mejora la transpirabilidad. Pero hay que tener en cuenta que en esto, como en todo, se paga mucha marca, a menudo compensa inclinarse por marcas menos conocidas.
- Pantalones impermeables. Es aplicable todo lo dicho con anterioridad. En esto caso sí es más importante que sean pantalones pensados para la bicicleta para que sean cómodos y fáciles de poner y quitar. Pero vamos, nosotros hemos estado utilizando ropa de montaña para nuestras salidas cicloturistas hasta fechas recientes y hemos sobrevivido.
Y, como ya hemos dicho, también muy importante que debajo de la ropa impermeable haya un buen abrigo que evite la pérdida de calor en caso de que nos mojemos.
Cómo proteger las manos
Lo primero y más necesario son unos buenos guantes que aunque se mojen sigan manteniendo calientes las manos. Los guantes, ante una lluvia persistente, siempre terminan calando, como todo. Solo hay una forma de combatir el agua: un material totalmente impermeable (y eso supone cero trasnpirabilidad).
A veces hemos encontrado buenas soluciones, y más baratas, en el mundo motero. Así dimos con unos cubreguantes impermebales (a modo de manoplas que se colocan sobre los guantes) y unos cubreguantes forrados por dentro que, además de impermeabilizar, hemos utilizado en momentos de mucho frío (incuso con temperaturas bajo cero) porque mantienen las manos muy calientes.
Cómo proteger los pies
En este caso el abanico es más amplio y en el mercado podemos encontrar numerosos cubrebotas. Los más efectivos frente a la lluvia son los cubrebotas impermeables, pero los más efectivos frente al frío son los cubrebotas de neopreno. Ahí hay que ver, según las circunstancias, qué interesa más.
Siempre quedan opciones más sofisticadas, aunque no tenemos tan clara su utilidad para viajar. ¡¡Felices pedaladas!! (incluso bajo la lluvia).