Datos de la ruta
- Zona: norte de Mongolia
- Duración: 21 días
- Tipo de recorrido: lineal (inicio: Uliastay; final: Darkhan)
- Tipo de firme: en general pistas (aunque en el mapa vienen marcadas como carreteras). En el norte pistas con bastante barro. A partir de Bulgan bastante asfalto. En general no hay problemas de ciclabilidad.
Descripción
Este viaje a Mongolia lo realizamos en el año 2013 y me parece especialmente interesante por dos razones, la primera porque no es un destino habitual, y la segunda porque fue una gran aventura para nosotros por el tema de que aquí no sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Desde luego no defraudó.
La única pega es que como lo realizamos hace bastante tiempo la descripción no la he realizado de forma pormenorizada por jornadas, sino una descripción general por tramos.
Mongolia es un país enorme que cuenta con muy poca población (unos 3.200.000 habitantes), a lo que se suma el hecho de que gran parte de esta población se concentra en la capital Ulan Baator (unos 1.200.000 habitantes). Esto puede dar una idea de la sensación de soledad que se puede experimentar en cuanto te alejas de la ciudad. Eso hace factible la posibilidad de acampar donde uno considere, con cierta precaución de no quedarse cerca de las vías más transitadas y buscar sitios algo escondidos (principalmente por los borrachos, ya que tienden a beber mucho vodka y la gente borracha no es muy de fiar).
Hay que tener cuidado con el agua, y no dejar pasar las tiendas (muy pequeñas) que podréis encontrar en casi todas las poblaciones, y en alguna ocasión en medio de la nada. De todas formas nosotros llevamos, y lo usamos en una ocasión, un filtro por si nos veíamos obligados a coger agua de algún río.
Debido a las características del país, y que no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar para el tema de provisiones, llevábamos bastante peso: todo lo necesario para cocinar, bastante comida (incluso llevamos algunos sobres desde aquí) y en Mongolia nuestro alimento básico en las noches de acampada fueron los «noodles» coreanos, no están mal. A los utensilios culinarios se juntó todo lo necesario para podernos asear (ya que contábamos con numerosas noches de tienda), y bastante ropa para la lluvia.
Un problema añadido es el idioma, ya que, excepto en la capital, prácticamente nadie habla inglés, con lo que las posibilidades de comunicación eran bastante limitadas, exceptuando «gracias», «hola» y «adiós» (que conseguí aprender en mongol), lo que es una auténtica pena.
Nada más aterrizar ya notas que es un lugar extraño y totalmente diferente. La capital es lo más parecido a occidente que íbamos a ver en las siguientes tres semanas. Nuestra planificación era viajar en furgoneta hasta la «ciudad» de Uliastay y a partir de ahí viajar con las bicis por el norte de Mongolia.
Para el transporte a Uliastay contactamos con una agencia desde casa que nos llevaría hasta el punto de inicio de nuestro viaje, con parada en el monasterio de Erdene Zuu (uno de los mayores y más antiguos de Mongolia), situado en la ciudad de Karakorum, antigua capital del Imperio Mongol, de la cual apenas queda algún resto difuso, que nos acercamos a ver (stone turtle…).
Sin lugar a dudas este transporte fue lo más caro de todo el viaje. Hay que tener en cuenta que desplazarse por Mongolia de forma motorizada no es fácil debido a la falta de carreteras, y resulta muy caro viajar en uno de los 4×4 o furgonetas que usan los turistas. Otra opción es arriesgarse a viajar en los transporte que utilizan los locales (la forma de conducir es algo temeraria, lo pudimos comprobar en nuestra vuelta a Ulan Baator).
El viaje hasta Uliastay supuso dos larguísimos días por lo que en Mongolia se consideran carreteras y aquí no pasarían, en el mejor de los casos, de simples pistas. Durante el trayecto dormimos en nuestra tienda de campaña, mientras nuestro conductor dormía en la misma furgoneta.
Lo más duro, sin duda, la comida. Pasamos casi tres días sin probar bocado, porque aquí para comer la comida típica del país hay que tener el estómago a prueba de bomba. Todo sabe a yak. Casi todas las comidas se condimentan con una especie de grasa de yak, y casi todo lleva carne de cordero que sabe muy, muy fuerte. Hasta que no llegamos a Uliastay, donde encontramos un local donde nos sirvieron pollo, casi no comimos más que galletas. Hasta este momento no lo habíamos sufrido porque en Ulan Baator sí que hay comida «occidental».
A nuestra llegada a Uliastay pudimos apreciar la hospitalidad mongola, ya que nuestro conductor nos invitó a pasar la noche en su casa y terminamos pasando un par de noches hasta que preparamos las bicis para el viaje (las bolsas donde iban nuestras «burritas» se volvieron para la capital con el conductor, ya que acordamos con la agencia que nos las guardarían hasta nuestro regreso).
Y aquí empezó nuestra aventura recorriendo el norte de Mongolia con nuestras bicis.
Uliastay-Morön
Este tramo se compuso de una sucesión de puertos interminables, con vistas impresionantes y grandes estepas, en las que uno puede apreciar hasta la curvatura de la Tierra. Nada más iniciar nuestro recorrido ya pudimos ver algunas estelas funerarias.
En todos los puertos y zonas altas se pueden encontrar los denominados Ovoos. Según leímos eran considerados lugares sagrados, reminiscencia de la época en la que existían chamanes y una relación directa entre el hombre y la naturaleza. Es típico dar tres vueltas en torno a ellos para dar gracias a los espíritus. La verdad es que en la mayoría de los casos se habían convertido en un cúmulo de basura, especialmente en aquellos situados en los puertos más concurridos (en esto, son como el resto del Mundo, por desgracia).
Aunque circulábamos en lo que en el mapa marcaba como una carretera principal, nada puede estar más lejos del concepto que nosotros tenemos como carretera, más bien era una pista ancha.
Había tramos en los que podíamos pasar horas sin encontrarnos absolutamente a nadie y, de repente, encontrar un ger (o yurta) solitario en el valle, o un coche que, increíblemente, había llegado hasta allí. La soledad es una constante, por ello hay que ir preparado para poder reparar las bicis en cualquier momento y ser autosuficiente en este aspecto, porque, aunque los mongoles son, por lo general, bastante hospitalarios, lo difícil es encontrarse con alguno.
Durante estos días pudimos ser testigos de la vida nómada que se sigue conservando en este país. En cada valle se pueden encontrar numerosos ger que las familias mueven entre los pastos de verano y los de invierno para poder alimentar al ganado, principalmente yak y caballos.
Durante estos días, acampábamos donde podíamos y en alguna ocasión por la mañana nos encontrábamos acompañados de jinetes que se acercaban a curiosear: lo de las bicicletas le llama mucho la atención. Pero desde luego los alojamientos eran de primera.
Mörön es una ciudad bastante grande y hay algún hotel. Por fin, pudimos darnos una ducha, diría que con agua caliente pero mentiría. Lo de dormir en cama blandita después de tantos días de tienda fue genial. También hay varios locales de comida occidental (nosotros nos abonamos a una cadena que había en casi todas las ciudades que se llamaba «Nómadas»).
Morön-Khatgal
Este tramo lo hicimos en un par de días. Nada más salir de Morön nos dirigimos a visitar el yacimiento arqueológico de Uushigiin Uver. En este yacimiento se pueden ver numerosas estelas y estructuras funerarias de grandes dimensiones datadas en la Edad del Bronce. El yacimiento estaba abierto y nos encontramos allí a un par de arqueólogos, si no recuerdo mal eran rusos, además de algunas cabras.
Estas estelas (deerstones) son muy numerosas y si se va pendiente se pueden ver a lo largo del recorrido, algunas bastante impresionantes (más si se junta una tormenta característica de las tardes en Mongolia). Además de estelas pudimos ver lo que parecían ser estructuras funerarias, en algunos casos, de importantes proporciones.
El primer día decidimos descansar al borde de un lago debido al mal tiempo. Lo más característico en la época en la que fuimos, julio, es bastante calor por el día con importantes descensos de temperatura por la noche y tormentas por la tarde (alguna con granizo). Lo más impresionante es que en las estepas se tiene tal visibilidad del horizonte que en algunos momentos se pueden ver varias tormentas de forma simultánea alrededor sin que esté cayendo ni una gota en el sitio en el que uno se encuentra (es bastante impresionante y las fotos no hacen justicia).
En Khatgal esperábamos encontrar una ciudad, porque habíamos leído que era muy turística ya que se encuentra a orillas del lago Khövsgöl, pero nos quedamos con las ganas (sobre todo de encontrar un hotel o similar). Terminamos en una especie de camping donde, al menos, pudimos disfrutar de una ducha con agua caliente, lo cual empezaba a ser una novedad.
En Khatgal decidimos quedarnos un par de noches porque coincidía con el Naadam, una fiesta que se celebra a nivel nacional. Durante ese día en todos los pueblos se realizan juegos diversos (en algún libro lo comparan con los «juegos olímpicos», pero mongoles, ya que en la capital hay un estadio enorme solo con este fin y llega gente de todo el país). Estos juegos consisten en algo parecido a la lucha libre, carreras de caballos, exhibiciones gimnásticas (a mí me recordaba algunas imágenes de China) de escolares, tiro con arco, etc. Así que pasamos un día disfrutando de estos ejercicios y descansando un poco para enfrentarnos a las siguientes etapas de nuestro viaje: llegaba el momento de internarse en la zona más salvaje del recorrido.
Khatgal-Tarialan
Sin duda la zona más salvaje y alejada de lo que llamamos como civilizado. Por primera vez vimos grandes bosques y recorrimos bonitos puertos con sombra, eso sí con una cantidad de barro que hacía realmente complicado avanzar con las bicis en algunos momentos. Pero el lugar era mágico y diferente a lo que habíamos visto hasta ese momento en el resto del recorrido.
Camino de Chandamani-Öndör nos encontramos con una moto que había pinchado y les ayudamos a reparar el pinchazo. En el pueblo de Chandamani-Öndör, vimos un «hotel» y decidimos quedarnos, por eso de probar a ver si dormíamos en blando, sin palabras: el baño, en el exterior, no era más que un agujero en el suelo que olía a rayos (lo de los baños de Mongolia da para una entrada entera), el resto no más que una casa vieja.
En este pueblo, ¡¡ hasta encontramos helados!!. Preferimos no intentar averiguar cómo habían llegado hasta allí porque tenían apariencia de haberse descongelado y congelado varias veces, así que decidimos disfrutar únicamente de la oportunidad.
Tras dejar este pueblo pedaleamos por valles preciosos, hacia el pueblo de Erdenebulgan y pasamos por la estatua de Alan Goa, que al parecer fue una guerrera mongola.
Aquí encontramos una de las partes más solitarias de todo el recorrido, hasta llegar a Erdenebulgan. Apenas nos encontramos con nadie y en numerosas ocasiones se perdía el rastro de lo que en el mapa venía indicado como una carretera, en este caso secundaria. A cambio los paisajes fueron espectaculares, con unos cielos de colores increíbles. Quizá los cielos sea una de las cosas más llamativas de este país, porque suelen tener un colorido precioso y con esas nubes blancas. El contraste del azul intenso del cielo y el verde de las estepas es una perfecta combinación.
Y atardeceres no menos espectaculares.
Tarialan-Darkhan
Quizá esta última parte fue la más monótona porque a partir de Unit el recorrido es por carretera lo que hace que sea bastante más feo. Además resulta bastante peligro porque lo de las bicis no lo tienen muy asumido. Todo el mundo te pita cuando te adelanta, al principio hasta es simpático, pero al cabo de tres días no hay quien lo aguante.
Al llegar a la carretera principal nos la encontramos en obras, parecían obras para asfaltar, lo que complicó y redujo enormemente nuestras posibilidades de acampada. Aún así pudimos localizar un buen sitio, pero tuvimos que pedir permiso ya que nos pusimos en las proximidades de una casa, en estos casos, para evitar problemas, es mejor preguntar. En general no pondrán problemas, aunque alguno nos intentó sacar algo de dinero (que nos negamos a pagar).
En estas jornadas nuestras ruedas pisaron más asfalto que otra cosa. NOs asediaron enormes nubes de moscas (son especialmente pesadas, hasta con repelente, y unos bichos voladores enormes con unas patas largas que no hacían más que cruzarse).
En este tramo se encuentran ciudades relativamente grandes, como son Bulgan y Erdenet, donde pudimos comer cosas más occidentales y encontramos alojamiento, aunque no siempre de la calidad esperada (lo de la hostelería deja bastante que desear, pero es lo que hay)
Nos desviamos para visitar el monasterio de Amarbayasgalant, uno de los mayores del país, que está situado en un valle precioso y donde encontramos alojamiento en un ger turístico (este sí fue una gozada) y ¡¡cerveza fría!!, todo un regalo.
Después de pasar un día estupendo y descansando, nos enfrentamos a nuestra última jornada de pedaleo para llegar a Darkhan. La salida del monasterio fue por un valle precioso, lleno de caballos.
En este último día tuvimos una de las curiosidades del viaje, porque para poder llegar a la ciudad tuvimos que atravesar un río en transbordador. Menos mal que alguien nos indicó por dónde cruzar porque sino, no lo encontramos seguro.
Y llegamos a la ciudad de Darkhan, donde se ve la impronta de la Unión Soviética en sus parques y donde finalizamos nuestro pedaleo.
Otras visitas en Monglia
Desde Darkhan decidimos ir en una furgoneta hasta Ulan Baator, porque la carretera, y dado el nivel de tráfico que empezaba a tener, no parecía muy seguro para las bicis. Nos fuimos a la estación de autobuses con nuestras bicis y sencillamente negociamos un sitio en una de las furgonetas. Lo mejor es no mirar mucho por la ventanilla, porque sino uno se baja en marcha, es mejor intentar dormir.
Ulan Baator
En Ulan Baator nos dedicamos a hacer algo de turismo ya que había unos cuantos lugares que parecían merecer una visita. La ciudad tiene numerosos templos budistas que son interesantes, aunque algo incomprensibles y sorprendentes para nosotros, al menos para mí que admito gozo de una ignorancia supina sobre esta religión.
Por supuesto hay que darse un paseo por el centro de la ciudad y por la plaza de Chinggis Khan, presidida por una enorme estatua de este gran emperador mongol.
La figura de Chinggis Khan es el orgullo nacional (mejor que no piensen que hablas mal de él, si no quieres tener algún problema) y lo impregna todo, desde la plaza, a los billetes o la cerveza. Para conocer la historia de Mongolia, bastante compleja, especialmente de su periodo de esplendor con Chinggis Khan, es bueno visitar el Museo de Historia, muy cerca de la plaza.
Otra cosa curiosa es el toque soviético de la ciudad, al igual que en casi todas las ciudades de este país como hemos dicho, se conserva algún mural de época soviética en algunas calles. Para verlo no queda otra que adentrarse en las calles de la ciudad y dedicarse a andar.
Parque Nacional de Gorkhi-Terelj
Como nos quedaban un par de días decidimos ir al parque nacional de Gorkhi-Terelj, situado relativamente cerca de la capital y donde se puede llegar en transporte público, aunque con cierta complicación para saber qué autobús era, porque lo de los horarios tampoco lo llevan muy bien.
El Parque se caracteriza por ser bastante montañoso y tener curiosas formaciones de granito, una de las más famosas es la tortuga.
Es una zona bastante turística ya que muchos mongoles van a esta zona a descansar y pasar el fin de semana, por lo que hay numeroso campamentos de ger turísticos en la zona, nosotros nos alojamos en uno de ellos, ya que aquí ya estábamos en modo relax.
Esta fue nuestra última actividad en este maravilloso país. Después de esto, y todavía con las pupilas dilatadas de todo lo que habíamos visto, no nos quedó otra que coger el avión para volvernos con las alforjas llenas de buenos momentos y recuerdos.
Recorrido
Información práctica
- Podéis encontrar el track de la ruta completa en el siguiente enlace: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4925387
- Hace falta visado para entrar en el país, lo tramitan en el consulado de Barcelona. Nosotros tuvimos que enviar nuestros pasaportes y la documentación que solicitaban por correo. El trámite en algo tedioso y lleva algo de tiempo, por lo que iniciarlo con tiempo. Informaros porque la documentación varía.
- Para las vacunas consultad la página del Ministerio de Asuntos Exteriores o en el Centro de Vacunación Internacional. Miradlo con tiempo porque algunas vacunas necesitan varias dosis (como es el caso de la encefalitis).
- El transporte dentro del país la verdadera tortura. El transporte es escaso y para las zonas más alejadas es necesario contratar furgonetas o 4×4, por lo que resulta bastate caro. Las carreteras son inexistentes en cuanto te alejas de la capital por lo que los traslados son largos y pesados.
- En cuanto a los vuelos solo hay dos compañías que vuelan a Mongolia, una es Aeroflot (compañía rusa) y la otra es Air China. Nosotros volamos con esta última (con escala en Beijin) y no tuvimos ningún problema con las bicis, que nos contaron como equipaje (no tuvimos que pagar nada extra) y pagamos como equipaje extra la bolsa que llevábamos. Fue totalmente imposible sacar un billete con Aeroflot, no hubo manera ni por agencia, ni por Internet, ni de ninguna otra forma (incluso lo intentamos pasándonos por Barajas), pero nada, lo dejamos por imposible (como sea siempre así, no creo que tengan mucho negocio)
Bibliografía
- El libro que utilizamos como referencia en la capital y las ciudades más grandes fue el Lonelyplanet dedicado al país de Mongolia. El año que fuimos únicamente disponible en inglés. También nos resultó útil porque contiene un pequeño diccionario de palabras en mongol.
- Como mapa utilizamos el mapa de Mongolia, escala 1: 1.600.00 (Ed. Reise Know-How), para la orientación en las «carreteras»
Hola viajaren bici,
Somos 4 ciclistas y queriamos ir a mongolia este mes de junio 18.Mi pregunta es la siguiente. Tu crees que podriamos contratar asistencia durante 8 dias de ruta, en mongolia directamente? El conductor que contratasteis vosotros, sabeis si ofreceria este servicio? Me podriais pasar el contacto? Muchas gracias.
Mi correo es yolanda_hernandez2@hotmail.com
Hola Yolanda,
Nosotros contactamos desde aquí con Ayan Trails (he mirado en Internet y han cambiado el nombre a Ayan Travel, la página web es: http://www.toursmongolia.com/). Nosotros solo les contratamos para la recogida en el aeropuerto y el transporte hasta Uliastay pero, por lo que ponían (y ponen) en la web hacían viajes a medida y, aunque en bici no vimos a mucha gente, sí que nos encontramos con algunos que contrataban un vehículo y dormían de tienda, seguro que podéis preguntarles por algo a medida (estuvieron muy dispuestos a adaptarse a neustras necesidades cuando estuvismo allí).
He estado buscando el mail de la agencia pero no lo he localizado, lo siento, hace ya algunos años de esto (hay mail de contacto en la página). Con nosotros desde luego funcionaron muy bien, nos solucionaron la movida de transportar las bicis hasta el punto de salida, fueron muy simpáticos y, por si fuera poco, fueron los más baratos que encontramos.
Espero que la información os sirva de ayuda, es un viaje alucinante, pura aventura. Espero que a la vuelta nos contéis cómo os ha ido. Si podemos ayudaros en algo más no tenéis más que decírnoslo.
Buenas pedaladas.