Camino inglés (Ferrol-Santiago de Compostela)

Datos de la ruta

  • Zona: Bahía de Ferrol, ría de Betanzos.
  • Duración: 2 días.
  • Tipo de recorrido: lineal.
  • Tipo de firme: entre un 85% y un 90% de asfalto, en su gran mayoría por pequeñas carreteras entre aldeas. EL porcentaje de caminos sube en los últimos kilómetros antes de llegar a Santiago de Compostela. No hay ningún problema de ciclabilidad.

Descripción

Dos días por delante y ganas de volver al Camino de Santiago. La única posibilidad, optar por el camino de menor kilometraje: el Camino inglés. Tan corto que, si vas en bici, los kilómetros no son suficientes para obtener la compostela. A cambio, la posibilidad de disfrutar del Camino de Santiago sin necesidad de disponer de muchos días.

Este camino debe su nombre a que era el camino seguido por aquellos peregrinos procedentes de las Islas Británicas y otros puertos de Europa, principalmente escandinavos y flamencos. Algunos atracaban en Ferrol y otros en A Coruña, de ahí que existan dos posibilidades o variantes.NO fueron los únicos puertos de llegada ya que muchos peregrinos optaban por Ribadeos o Noia. Este camino tuvo cierto auge entre los siglos XII y XV. Fue recuperado en el año 1991 para disfrute de muchos.

Nosotros nos decidimos por la primera de las opciones para alargar, aunque fuera mínimamente, la experiencia.

Día 1. Ferrol-Miño (43,5 km-950 m)

Iniciamos el Camino Ingles allí donde antaño atracaban los audaces peregrinos de la Europa atlántica: Ferrol. Ponemos nuestro punto de inicio en el mismo puerto en un día gris y lluvioso. El olor a salitre y la fina lluvia marcan el inicio de la aventura.

Puerto de Ferrol. Inicio del Camino Inglés

Puerto de Ferrol

En el mismo puerto nos encontramos las conocidas señales que nos acompañarán hasta el final del camino. Las primeras pedaladas nos llevan por las calles estrechas del barrio de San Xulián. El Camino Inglés no se aleja de la costa más de lo necesario. Los astilleros y las zonas industriales son los grandes protagonistas de estos primeros instantes.

Escondida entre la Ensenada de Caranza y la Ensenada de Montón nos topamos con la Iglesia de Santa María de Caranza que escondida entre el ruido de las olas es la primera evidencia de que nos hace sentir que nos encontramos camino de Santiago de Compostela.

Iglesia de Santa María. Punta de Caranza

Iglesia de Santa María de Caranza

A partir de la Ensenada de Gándara, empezamos a dejar atrás la ciudad de Ferrol, pero no la humanidad. El Camino Inglés transcurre por zonas muy industrializadas, siguiendo las curvas de la Ría de Ferrol. La parte buena de tanta industria es la comodidad del camino, sin apenas dificultad.

En la desembocadura del rego do Santa Cecilia nos encontramos con la primera variante: la opción fácil es atravesar la desembocadura por un moderno puente; la segunda opción dar un poco más de vuelta y buscar un paso no tan evidente. Por supuesto, optamos por la segunda de las posibilidades y no nos arrepentimos.

Descendemos hasta el mismo cauce del río para dar con el antiguo molino de As Aceñas (siglo XVIII) y que se servía de las mareas para activar el mecanismo de molienda. Superamos el cauce el dique que retenía y canalizaba las aguas en las subidas y bajadas de marea. La posibilidad de no pisar asfalto aunque sólo sea durante unos pocos metros siempre es un aliciente.

 

Desembocadura del rego do Santa Cecilia. Molino de As Aceñas (siglo XVIII)

Molino de As Aceñas (siglo XVIII)

Será en la desembocadura del rego Grande de Xubia donde alcanzamos el extremo norte de la ría de Ferrol. Nuestra dirección cambia para dirigirnos de manera decidida hacia el sur sin abandonar la ría de Ferrol. Sin embargo el cambio de dirección no trae consigo cambios en el paisaje que sigue siendo urbano, muy urbano y asfalto, mucho asfalto.

Desde Fene tenemos uno de los pocos tramos de camino, es corto pero nos trae consigo los olores del otoño. El firme es bueno por lo que, a pesar de la lluvia, no hay ningún problema para avanzar.

Camino Inglés. Fene

Camino Inglés. Fene

Para acercarnos a la N-651 habrá que superar una cuesta corta pero con una fuerte pendiente que me obligó a echar pie a tierra. Aunque aquí dependerá de las piernas de cada cual. Pero el camino no es más que una ilusión, unos cuantos cientos de metros poco mas. Al poco retomamos el asfalto y, con él, la sensación de no cambiar de paisaje, de permanecer continuamente en el entorno urbanita.

No hay excesivos desnivel que salvar, pero las pendientes son fuertes. Cada desvío para evitar las vías principales supone subidas y bajadas vertiginosas que acumulan metros en las piernas. Tras el pequeño ascenso para acercarnos a Pena do Raposo, el descenso nos lleva hasta la ría de Ares y la desembocadura del rego Eume. Estamos en Pontedeume.

La subida a la parte alta de Pontedeume nos recuerda dónde estamos. La subida por sus angostas e inclinadas calles es matadora, con unos desniveles de infarto. Salimos de la población, pero no dejamos atrás la subida que continúa inmisericorde. A partir del aquí el Camino Inglés gana en exigencia. Se nota que nos hemos alejado algo de la costa y las curvas Galicia nos salen al paso.

Subimos, bajamos y volvemos a subir. Cruzamos un campo de golf por bonitos senderos y atravesamos algunas aldeas diseminadas como Outeiro. Pero volvemos a descender hasta el cauce del rego Baxoi donde cruzamos gracia a la ayuda de un hermoso puente del siglo XIV encajonado entre tuberías y la N-651.

Puente sobre el rego Baxoi (S. XIV)

Puente sobre el rego Baxoi (S. XIV)

Desde este punto nos adentramos en un tramo de helechos. La lluvia arrecia y dificulta disfrutar del paisaje. Empieza a hacer frío. Hermoso empezado bastante tarde, nuestra idea era llegar a Betanzos pero las sombras del atardecer y el agua nos disuade de descansar en Miño, donde ponemos punto y final a la jornada.

Día 2. Miño-Santiago de Compostela (76 km-1650 m)

Iniciamos la jornada con un día de cielo despejado y luminoso. La antítesis con la jornada anterior. Un mirador nos deja unas magníficas vistas de la ría de Betanzos y la desembocadura del río Lambre. En A Ponte do Porco, sobre las aguas del río Lambre, nos alejamos por unos instantes del asfalto.

A Ponte do Porco. Río Lambre

A Ponte do Porco. Río Lambre

Teníamos la idea de que este tramo era fácil y eso precisamente lo hace más duro. La rampas son considerables, aunque el hecho de ir por asfalto sin duda facilita la cabalgada. Siempre por carreteras vecinales, llegamos a la localidad de Betanzos encajonada en la cabecera de la ría del mismo nombre.

Tramo Miño-Betanzos

Tramo Miño-Betanzos

Aprovechamos para una parada logística: necesitamos revisar los frenos que llevan gritando desde prácticamente la salida. El sol nos templa en estas primeras horas del día. En la plaza hay una gran actividad, el mercado atrae a numerosas personas.

Tan encajonados que, cuando reiniciamos el camino, no queda otra que subir. Betanzos marca un pequeño punto de inflexión en este Camino Inglés: nos alejamos de la costa, de las rías y las marismas para adentrarnos en las tierras rugosas de Galicia. El Camino Inglés adquiere un sabor más parecido a los Caminos de Santiago que hemos recorrido en otras ocasiones. Se hace más rural, quizá un poco más auténtico.

Betanzos también marca el inicio de una larga subida a Bruma (esta parte del recorrido ha sufrido numerosas modificaciones respecto al recorrido de hace unos años, según hemos podido leer ahora incluye más asfalto y ha suavizado la subida a la localidad de Bruma).

Sin lugar a dudas el tramo más bonito, también el más complicado, lo tenemos llegando a Bruma donde el camino sigue unos estrechos senderos con una alfombra de hojas. La dureza de este tramo lo demuestran los datos, apenas llevamos 35 km y ya hemos acumulado 1050 metros de desnivel. Y es que, poco antes de llegar a Bruma, alcanzamos nuestra máxima altitud en este Camino Inglés: 467 m.

Desde Bruma, nuestro camino continúa por carreteras secundarias, estrechas y sinuosas. Sin apenas tráfico y con buen firme. A pesar de haber superado el punto de máxima altura, no descendemos. El camino se convierte en una línea de subidas y bajadas tendidas pero constantes.

Carreteras secundarias. Camino Inglés

Carreteras secundarias. Camino Inglés

Curiosamente esta segunda parte abandona más a menudo el asfalto para realizar cortos tramos por caminos. El otoño y las sombras que empiezan a alargarse hacen que todo se tiña de colores ocres.

Caminos en el Camino Inglés

Caminos en el Camino Inglés

Siempre paralelos a la N-550, pero alejados de esta gran vía, evitamos la localidad de Ordes. Pero aquí todo el asfalto confluye para Santiago de Compostela. Así que nos vemos rodeados de grandes vías y durante un tramo avanzamos paralelos a la AP-9.

Tras atravesar Sigüero, nuestras ruedas ya no se alejan mucho de la N-550. La evitamos continuamente. Este último tramo se empeña en adentrarse por bosques (incluso uno de ellos presenta un sinuoso cartel en su inicio: Bosque encantado). Se hacen duros estos tramos, subimos y bajamos mientras vemos como el sol se empeña en esconderse tras el horizonte. Las piernas sufren y la falta de luz ya no permite disfrutar del paisaje ni sacar fotos. Apretamos los dientes e intentamos aligerar la marcha.

A pocos kilómetros de Santiago de Compostela, la noche nos alcanza. Cuando alcanzamos las primeras casas del extrarradio de la ciudad el cielo está negro como un pozo. Las farolas permiten que avancemos sin necesidad de luces adicionales, solo tomamos la precaución de encender las luces traseras.

Agotados recorremos los últimos kilómetros por las calles de Santiago de Compostela. Entramos por el norte. A pesar de las muchas veces que hemos llegado a la Plaza del Obradoiro siempre es la misma emoción: hemos llegado, lo hemos conseguido.

Nuestras "burritas" en la Plaza del Obradoiro

Nuestras «burritas» en la Plaza del Obradoiro

Nos felicitamos, nos abrazamos. Nuestras «burritas», como siempre, han hecho un gran trabajo. Nosotros hemos disfrutado de un nuevo camino. Uno más de los millones que nos quedan por recorrer.  Y solo nos queda por desearos: Buen Camino.

Recorrido

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Información práctica

  • Podéis localizar el track del recorrido en: https://es.wikiloc.com/rutas-cicloturismo/camino-ingles-en-bici-31403376
  • El recorrido es en un 90-95% asfalto (carreteras secundarias y carreteras rurales con poco o ningún tráfico). Esto tiene como ventaja que a pesar de la lluvia no haya problemas significativos con el barro.
  • Logística: nosotros dejamos el coche en Santiago de Compostela y cogimos un autobús a Ferrol el mismo día que empezamos (de ahí que los kilómetros se quedaran tan cortos). Cuidado con las bicis porque el que os dejen transportarlas parecía depender de lo lleno que fuera el autobús. Nosotros pudimos llevarlas sin tan siquiera desmostar los pedales y sin necesidad de bolsa.
  • Hay buena información, aunque está algo obsoleta respecto de los últimos cambios, en el siguiente enlace: http://caminodesantiago.consumer.es/los-caminos-de-santiago/ingles/

2 comentarios:

  1. Acabo de hacerlo este pasado lunes y martes. Pero en mi caso, un 80% por camino y poco asfalto. O esa es mi sensación. Por lo demás no puedo estar más de acuerdo con tus comentarios, un camino corto pero duro. Pocas cuestas largas y de desnivel asumible, y muchas rampas cortas pero «imposibles». Escasos llanos y un contínuo sube y baja rompedor. Su parte más bonita, para mí, desde Bruma hasta Sigüeiro.
    Un saludo y gracias por la crónica.

    • Gracias a ti Ricardo por compartir la experiencia e impresiones que seguro serán muy útiles para los futuros cicloturistas. Fíjate que nosotros teníamos la percepción de haber tenido más tramos de asfalto…pero desde luego tú lo tienes más reciente 🙂

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