Puede parecer una pregunta trivial para aquellos a los que les gusta la bicicleta, pero no lo es tanto para todos aquellos que estén pensando en si dar el paso de viajar utilizando este medio de transporte tan cansado.
Primero, las desventajas de viajar en bici
Siempre he pensado que es mejor presentar las desventajas, así todo lo que venga detrás será bueno.
No nos engañemos, dar pedales es cansado, no es una forma de viajar cómoda, en el sentido tradicional de la palabra. Cualquier podría pensar que porqué no ir mejor en coche o utilizando el transporte disponible: autobuses, trenes e incluso el avión para los trayectos especialmente largos. Es más cómodo y, sin lugar a dudas, más descansado. Y a veces hay que tener muy buenas razones para pedalear durante cientos de kilómetros (o miles) soportando inclemencias meteorológicas y dolor en las piernas.
También puede surgir la idea de que quizá sea mejor viajar en plan mochilero o con el vehículo. Sin duda son buenas formas de viajar. Nosotros mismos viajamos así en muchas ocasiones, y no hay que descartarlas. Ninguna forma de viajar es mejor o peor que otra, simplemente son diferentes. Aunque sí creemos que ciertas formas de viajar permiten vivir más intensamente el viaje, integrarte más plenamente con los lugares que se recorren e interactuar de forma más directa con las personas que encuentras a lo largo del camino.
Nuestra propia experiencia nos muestra que todas las formas de viajar son compatibles. Aunque ahora estamos más centrados en viajar en bicicleta nuestros orígenes se sitúan en la montaña (incluso algunas de las rutas de esta página estaban ya en otro blog: La búsqueda de nuevos horizontes):
- Rutas de senderismo. Tanto en España como en otros países: Travesía de los altos Tatras (Polonia), La vuelta al Gran Paradiso (Italia), East Coast Trail (Terranova. Canadá), Itinarario E4 en Creta (Grecia) y un largo etcétera. Y que seguimos realizando, pero ahora el tiempo hay que distribuirlo.
- Viajes con la mochila. Hemos salido a otros países con la mochila al hombro sin otra intención que conocer nuevas culturas: Marruecos, Jordania o Perú son buenos ejemplos de ello. Viajar con la mochila y utilizando los medios de transporte de los países de destino es una gran aventura.
Las ventajas de viajar en bici
A priori, y después de leer el apartado anterior, puede parecer que no hay muchas ventajas. Pero no es así, aquí va una lista de las ventajas que podemos sugerirte:
- Viajar en bicicleta engancha. Puede que tarde un tiempo, pero terminará por atraparte.
- Es una forma de viajar que conjuga a la perfección el hecho de viajar y la actividad deportiva. Además la intensidad se puede adecuar a todos los gustos y niveles, pues hay rutas para casi cualquier perfil.
- El viaje se vive con más intensidad. Creo que porque estás inmerso en el viaje en todo momento, siempre (o casi siempre) estás en movimiento y esto da una sensación de que siempre estás de viaje. El viaje es el desplazamiento en sí mismo. Es la máxima expresión de que lo más importante al viajar es el camino que recorres, no solo el destino.
- Viajar lento es una gran ventaja que te permitirá ver las cosa de manera diferente. Olvídate del estrés porque eso a los pedales no tiene mucho sentido, la bici te permitirá disfrutar de las pequeñas cosas: pequeñas paradas en las poblaciones, interactuar con las personas para preguntar.
- Disfrutar de las pequeñas cosas, pequeños detalles que dentro de un coche no se perciben. Los sonidos, los olores se perciben con más intensidad, para bien y para mal. El olor de la tierra húmeda tras una tormenta; los pájaros cantando y atravesando el cielo con vuelo rápido; las campanas de una iglesia; el sol abriéndose paso a través de las nubes; el olor de las flores, las jaras, los pinos.
- Viajar en bici y lograr vencer los retos que esto supone te producirán una gran satisfacción y te enseñarán la maravillosa sensación de la superación. Esos momentos duros (las tormentas, la nieve, el frío, el agua helada, las noches que se echan encima) son los que se recuerdas con más cariño porque nos demuestran la capacidad que todos tenemos de superar momentos complicados, de llegar más lejos.
- No hay forma más ecológica de viajar. Estar un mes sin emitir ni un gramo de CO2 no es una tontería, más si los viajes son cerca del lugar donde vives. No tragar humo durante las vacaciones siempre es una ventaja a tener en cuenta.
- Por último, pero no menos importante, el gran componente de aventura que tiene esta forma de viajar. Ser autosuficiente es una de las sensaciones más placenteras que se pueden sentir. Y habrá que serlo porque, dependiendo de la ruta, tendremos que aprender a improvisar, a enfrentarnos a cosas inesperadas que habrá que solucionar sobre la marcha, la palabra control no existe.
Espero que estas siete razones hayan animado a más de uno a lanzarse a viajar en bici. Aunque seguro que hay muchas más que iréis descubriendo en vuestro pedalear.
¿Qué te detiene?
Después de todo lo dicho solo puedo decir que adelante. Empieza con rutas sencillas (bien señalizadas y no duras físicamente) prueba, no lo dudes porque seguro que no te arrepientes. Las grandes rutas llegarán por sí solas y aprender a resolver situaciones complicadas también.
¡¡Anímate a viajar en bici!!